El discurso motivacional es uno de los discursos más atractivos (en contraposición al discurso argumentativo)  ya que es fácil de recordar y mueve a la acción.

Al escucharlo, sientes algo que cuesta explicar con palabras y te gustaría ser capaz de evocar esas sensaciones. En este vídeo te mostraré las mejores estrategias para hacer ese discurso emocional y conectar con los demás.

 

 

El discurso emocional no tiene por qué ser el mejor tipo de discurso, pero es muy posible que el mejor discurso que hayas oído sea emocional. ¿Por qué? Porque las personas olvidamos lo que nos dicen, pero no olvidamos cómo nos hacen sentir. 

Y el discurso emocional trata, precisamente de eso, de hacer sentir. Para conseguirlo, tu discurso necesitará tener una serie de características que te voy a contar en 30 segundos. 

Antes, si quieres, puedes suscribirte haciendo clic aquí, y recibirás, pues cada semana, cada dos semanas, cada tres semanas, no lo sé, cuando me apetezca, algunas sugerencias y consejos para hacer mejores discursos y hablar mejor en público, ahora sí, ¿listo?

1. Usa frases y palabras emotivas

Observa la diferencia entre: 

“Finalmente, decidió no tener hijos y pensó que el aborto era la mejor idea”.

¿Cuál te mueve más? ¿Cuál crees que tiene más potencia? Piensa que hay frases y sobre todo hay palabras que son más emotivas que otras, de nuevo cuchillo es más potente que cubierto, un corazón frío y solitario más potente que alguien sin pareja, no te conformes con la primera idea que te venga a la mente dale una vuelta más y trata de encontrar palabras con más potencial emotivo.

 

2. Asocia tu tema a algo emocional

Si tienes que hablar del embarazo o del aborto o de la muerte te será más fácil hacerlo emotivo, pero la realidad es que muchos de nosotros no hablamos de esa temática cada día, es más fácil estar cercano a temas como los presupuestos trimestrales el descenso de ventas o el brillo del esmalte de uñas, pero ahí es donde entra en juego la asociación. Asociar un tema insípido con algo emocional hará que ese tema insípido se convierta automáticamente en algo mucho más emotivo. 

Si quieres añadir emotividad a tu esmalte de uñas de alta gama puedes contar lo que le pasó a Chiang Peng esa niña adolescente de Chengdu a la que tuvieron que amputarle los dos meñiques por usar continuamente un esmalte de uñas de medio euro. 

3. Añade historias personales

Las historias son junto a las metáforas, la narrativa que más fácilmente emociona. En cambio, estamos mucho más acostumbrados a usar definiciones, clasificaciones, números gráficos y eso hace que nuestro discurso se convierta en algo mucho más frío. 

Si quieres aprender cómo contar historias cómo contar anécdotas personales y poderlas incluir en tus discursos, aquí te dejo un pequeño enlace donde verás cómo puedes construir tu historia en tres sencillos pasos.

4. Implica a todos los sentidos

Lo más habitual es centrarse en el sentido del oído, tú hablas, ellos escuchan, pero las personas también recibimos información a través de otros sentidos, la vista, el gusto, el tacto, el olfato son a menudo muy infravalorados trata de involucrarlos en tus discursos por ejemplo, si estás hablando de no sé de las iglesias puedes contar como cuando entras notas ese olor a humedad, ese olor a cerrado tan característico de todas las iglesias o como te dan escalofríos y si te pones los pelos como escarpias cuando alguien araña la pizarra con las uñas no es joder si me han venido escalofríos hasta mí y hablando de otros sentidos pasemos a la siguiente sugerencia.

 

5. Usa imágenes evocadoras

Si te decides a apoyarte en ayudas visuales una sencilla estrategia y que funciona muy bien es usar imágenes, imágenes puras y duras, si estás hablando de tu perrito y dices que es la llama de tu vida, la fuente de tu inspiración que te alegra cada mañana y es la razón por la que te levantas de la cama, es muy probable que generes mucha más emoción si mientras dices eso o al acabar de decirlo muestras esta imagen.

 

6. Rompe las barreras físicas

La oratoria y más en concreto la emoción, es un arte que funciona mejor de cerca, en eso se parece a las escopetas de feria, si quieres acertar en el objetivo desde 25 metros no lo vas a conseguir, así que trata de eliminar todas las barreras, si tienes que hablar detrás de un atril sentado con una distancia de 20 metros con la audiencia es más difícil que se emocionen, en cambio, si eliminas todas esas barreras y te pones de pie, te acercas a las personas eres audible eres visible incluso eres palpable es mucho más fácil que la gente se emocione con lo que dices, sobre todo si no les hablas de presupuestos trimestrales.

 

7. Muestra vulnerabilidad

Y dejo lo mejor para el final, la mejor manera de emocionar a los demás es mostrarse vulnerable, ¿y en qué consiste? En ser capaz de compartir tus miedos, tus fracasos o tus debilidades con la audiencia. ¿Qué hace la mayoría de ponentes? Hablan de lo buenos que son y es normal porque cuando estás delante de esa audiencia lo que quieres es que ellos vean que tú eres un gran profesional que eres muy válido, pero eso lo que hace es el efecto contrario, es el efecto de repeler, te conviertes en el repelente de la clase que nadie quiere ver, en cambio, cuando hablas de lo que te cuesta ser perseverante y que siempre lo dejas todo y eso te duele o de cómo ese miedo al fracaso te impide hacer casi todas las cosas que te gustan o cómo falló tu última relación amorosa, te conviertes en alguien humano y esos rasgos humanos generan esa empatía que hará, pues que la gente se emocione.

¡Ojo! No estoy diciendo que compartas tus penas con la audiencia, lo que digo es que cuando alguien se muestra vulnerable y abre su corazón, el resultado es que la audiencia también abre el suyo, aplica una de estas estrategias en tu discurso y verás que subes un peldaño en la escalera de la emotividad y si aplicas dos o más, irás directamente en ascensor.

En resumen, preparar un discurso motivacional exitoso y cargado de emoción requiere de varias técnicas que te conecten con tu audiencia de manera profunda. Usar palabras emotivas, asociar temas aparentemente neutros con emociones, incluir historias personales, involucrar los sentidos, y apoyarse en imágenes evocadoras son estrategias que te ayudarán a captar la atención y tocar el corazón de tu público. Además, mostrar vulnerabilidad y eliminar barreras físicas puede hacer que tu mensaje sea aún más poderoso y cercano. Al integrar estas claves, no solo conseguirás transmitir tu mensaje, sino también dejar una huella emocional duradera en quienes te escuchen.

Si quieres aprender aún más sobre cómo crear un discurso motivacional, no dudes en contactar conmigo o conseguir mi libro “Cómo perder el miedo a hablar en público y demostrarles lo que vales”

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