Si conoces las 10 falacias más comunes, es probable que ganes discusiones (aunque no amistades) y que no te marquen un gol ni los medios de comunicación ni los políticos de tu país.
En este video te explico en qué consiste cada una y te doy ejemplos de falacias para entenderlo todo mejor.
En Matrix, un déjà vu, significaba un fallo en el sistema. Era la señal que les indicaba que algo iba mal y que se acercaba el peligro. En una discusión o en un debate, esa alarma son las falacias, es la señal que te indica que alguien te está intentando engañar. Si quieres aprender a descubrirlas, sigue atento.
El objetivo de la falacia es engañar y es que las personas a menudo intentamos engañar a los otros, pero en el juego del debate las falacias no están bien vistas porque cuando se trata de llegar a la verdad no todo vale.
Por ejemplo, yo podría decirte que nunca he escuchado una queja de mis vecinos, así que probablemente todos me consideran un buen vecino.
Y no tendría por qué ser verdad porque aquí hay una falacia por generalización apresurada, que yo no haya oído una queja, no quiere decir que ellos no la hayan emitido, puede que se hayan quejado a mis espaldas y yo sea ajeno a eso o también podrían considerarme un mal vecino y no expresar sus opiniones así que para que ya no te metan más goles ni en el trabajo ni en las noticias ni en las discusiones de bar, te voy a mostrar las 10 falacias más comunes y cómo combatirlas.
1. Falacia ad hominem
La falacia ad hominem consiste en dar por sentada la falsedad de un argumento basándose en quien lo emite, se trata de desacreditar la proposición atacando al emisor, a la persona que la emite, en lugar de apelar a un razonamiento lógico.
“Susana dice que instaurar la pena de muerte haría bajar la tasa de criminalidad, pero como Susana es una ignorante, seguramente eso no sea cierto”.
Como ves, uso a Susana para desacreditar un razonamiento, pero eso no indica que el razonamiento sea falso.
¿Cómo combatirla?
Puedes hacer dos cosas, la primera es poner de manifiesto que esa persona está rebatiendo tu idea atacando al emisor y no a la idea en sí, pídele por favor que se centre en la idea que critique o defienda la idea, si esa persona sigue atacando a la dudosa credibilidad a la baja moralidad o la poca ética de la persona puedes pasar a la segunda estrategia.
Usa un contraejemplo, coge algo que esa persona que están atacando haya dicho y con lo que sea muy difícil no estar de acuerdo para volver a situar en un plano superior a esa persona.
“Susana también dijo que la vacuna salvaría millones de vidas y así fue, ¿no estás de acuerdo tampoco con eso?”
2. Falacia ad veracundiam
La falacia adveracundiam pretende dar validez a una idea o un argumento basándose en la autoridad que tiene la persona que lo emite, podría considerarse algo así como el opuesto al ad hominem en este caso lo que intento decir es como esta persona lo ha dicho y esta persona es supuestamente una persona muy válida, pues la idea que está defendiendo tiene que ser válida igual.
“Pedro dice que tener déficit es bueno y pedro es economista, así que supongo que será cierto.”
Aquí lo que intento es defender una idea que esta idea es la bondad del déficit, no hablando de la idea, sino hablando de que lo ha dicho pedro y como pedro es una autoridad, pues ya está bien, es suficiente, tiene que ser válido.
¿Cómo combatirla?
Usando las mismas estrategias que hemos usado con la falacia anterior con la ad hominem, primero di o pon de manifiesto que se está defendiendo no la idea en sí sino la persona que la está emitiendo y eso no es un razonamiento válido ni lógico que por favor se centren en defender esa idea y si siguen así tendríamos que hacer lo opuesto a lo que hemos hecho anteriormente, escoger algo que esa persona haya dicho con lo que sea fácil estar en desacuerdo para poder decirles oye, Pedro también dijo esto y es una auténtica chorrada como ves que lo diga Pedro no es garantía alguna.
3. Falacia del falso dilema
La falacia del falso dilema se da cuando únicamente se presentan dos opciones, como la única elección posible, esta es una de las falacias que más verás en la política porque ayuda a caricaturizar al adversario o a las propuestas del adversario.
“Legalizará la pena de muerte o se pondrá de lado de los delincuentes”.
En este caso, se presentan únicamente dos propuestas, las dos opuestas, y se fuerza a elegir una de las dos para situarse en alguna de las polaridades.
¿Cómo combatirla?
Para combatir esta falacia puedes enumerar o dejar claro la escala de grises que suele haber entre las dos propuestas, por ejemplo en este caso podrías decir:
“No legalizaremos la pena de muerte, pero castigaremos con más dureza a los criminales y delincuentes, por ejemplo vamos a…”
Y puedes enumerar algunas de las acciones que demuestran que sí que vas a endurecer esas penas.
4. Falacia del punto medio
La falacia del punto medio se basa en afirmar que la verdad debe estar en un punto medio entre dos propuestas extremas.
Esta es una falacia que suele funcionar por la voluntad integradora que solemos tener las personas. Es una manera de sacar dos propuestas de los extremos para ponerlas en un lugar más centrado y conseguir así una solución que satisfaga a ambas partes, pero la realidad es que la verdad o la mejor propuesta puede estar perfectamente más cercana a uno de los dos extremos.
“Creo que lo que dice la patronal de trabajar cuatro horas es muy poco pero lo que defienden los empresarios de trabajar 12 también me parece exagerado, así que creo que la solución o la mejor solución debería ser un punto medio y trabajar ocho horas”.
Como ves, llegas a una conclusión por el mero hecho de situarse en un punto medio entre dos extremos y no porque hayas utilizado una argumentación lógica.
¿Cómo combatirla?
Dejando claro que el mero hecho de que se sitúe en un punto medio no es razón suficiente como para considerarla la mejor opción.
Y para eso, muchas veces un contraejemplo es algo muy útil. Podrías decir que:
“Mira, mi abuelo siempre dice que a él le gusta tomarse 10 copas de vino al día. Pero es que resulta que cuando va al médico, el médico le dice que no, que lo bueno es una”. Entonces yo creo que lo mejor es situarse en un punto medio y que se tome 5 copitas.”
5. Falacia ad populum
La falacia ad populum se da cuando se trata de defender una idea apoyándose únicamente en la cantidad de personas que ya defienden esa idea, seguro que has oído alguna vez aquello de dos millones de clientes no pueden estar equivocados, aquí se está valorando la calidad de algo únicamente por el número de personas que lo ven y no se atiende a ningún criterio lógico.
¿Cómo combatirla?
Recuerdo un día en una formación que usé una falacia ad populum para defender una idea, no recuerdo cuál era, pero sí que recuerdo la respuesta que me dieron, se me quedó grabada y me dijeron hombre Nacho hace miles de años también
muchísima gente pensaba que la tierra era plana y eso no lo hizo cierto, tal vez puedas rescatar tú también este contraejemplo y usarlo cuando alguien utiliza una falacia ad populum contra ti para demostrar que no siempre lo que cree la mayoría o lo que hace la mayoría es lo correcto.
6. Falacia post hoc ergo propter hoc
Esta falacia cuyo nombre no voy a pronunciar será cuando se infiere que algo es causante de otra cosa solo porque lo ha precedido en el tiempo, es decir como esto ha pasado antes que esto, pues esto es lo que lo ha provocado.
“Cuando ustedes cambiaron las leyes e hicieron una regulación para favorecer la Inteligencia Artificial diciendo que todos nos beneficiaríamos, lo que pasó fue que el paro se puso por las nubes”.
Aquí se argumenta que el paro aumentó porque se aprobó una determinada ley, pero puede ser que esos dos elementos no tengan una relación causal o que el efecto al que se refiere, pues esté causado por otros factores.
¿Cómo combatirla?
Pues precisamente poniendo en duda la relación que hay entre a y b, y además incluyendo otro factor que podría verse como el causante de este efecto:
“El paro ha aumentado porque hay una recesión generalizada, ha bajado la demanda, por lo tanto, las empresas crean menos oferta y necesitan menos trabajadores para generar esa oferta eso ya pasó en el 89 en el 93 y en 2007 y en ninguno de esos casos se aprobó una ley que favoreció la inteligencia artificial”.
7. Falacia de la pendiente resbaladiza
La falacia de la pendiente resbaladiza es parecida al anterior, es de la misma familia, pero en este caso se establecen unas relaciones de causa-efecto hacia el futuro. Consiste en augurar un efecto b si se da un hecho determinado a sin que haya demostración alguna.
“Si Putin sale reelegido, seguro que en menos de dos años algún país de Europa es blanco de sus misiles”.
En este caso se da por sentado que sucederá algo sin tener en cuenta puesto el contexto ni todas las contingencias.
¿Cómo combatirla?
Haz dos cosas, primero pregunta ¿cómo sucederá b exactamente? Y luego propón otros escenarios alternativos que tengan sentido que pudiesen suceder y que harán ver a los demás qué bueno, que sí que existen otras opciones.
“¿Cómo sabes exactamente que Putin va a atacar con misiles a algún otro país europeo? Putin ya lleva gobernando 20 años, ha salido reelegido tres veces y en ninguna de esas ocasiones atacó con misiles a un país europeo, ¿no crees que puede ser reelegido otra vez y que siga sin atacar?”.
8. Falacia del espantapájaros
Conocida también como la falacia del hombre de paja, consiste en exagerar lo que está diciendo tu adversario para poderlo caricaturizar y así atacarlo con más
facilidad. También se da cuando voluntariamente, en lugar de atacar al argumento de tu adversario, creas uno muy similar pero paralelo, que no es exactamente el mismo, porque de esa manera es mucho más fácil atacar ese segundo argumento.
“Los niños deberían tener siempre la supervisión de un adulto cuando están jugando en un parque. Ah, así que usted cree que los niños nunca deberían hacer nada por sí mismos. Entonces, ¿cómo aprenderán?”.
En este caso hay una tergiversación clara del significado de la primera frase, además se usan algunas palabras, algunos términos como nunca, nada, que son
muy extremistas y que no habían salido en la primera oración.
¿Cómo combatirla?
Vuelve al punto de vista inicial para remarcar que lo que ha dicho tu adversario no es cierto, además siempre puede usar un contra ejemplo que como supongo que vas viendo es una de las estrategias que mejor resultados da:
“Yo no he usado las palabras nunca ni nada, solo me refería a los parques, eso lo has añadido tú, un niño puede estar sin supervisión en el colegio o en una habitación
de su casa y ahí desarrollar aprendizajes”.
9. Falacia ad logicam
Con la falacia ad logicam lo que se pretende es desacreditar una conclusión por el mero hecho de haber llegado a ella mediante un razonamiento falaz, esto tal vez te suene raro porque dices, pero si es lo que estamos haciendo ahora no, es lo que me estás contando hasta ahora es que no se pueden usar argumentos o argumentaciones falaces para llegar a una conclusión, pero tienes que tener en cuenta que puede ser que la conclusión sea cierta, sea veraz y que nosotros hayamos usado un razonamiento falaz para llegar a ella, es decir, nos hemos equivocado la argumentación que hemos usado no es la correcta, pero aun así lo que defendemos es cierto, es verdad y se podría llegar a esa conclusión por otro camino correcto, entonces no se puede atacar esa conclusión por el mero hecho de que sea se haya llegado a ella había un razonamiento falaz.
“La biblioteca de mi ciudad es el edificio con más libros que he visto, de hecho es el edificio con más libros de toda la ciudad, puede haber otros edificios en la ciudad que contengan más libros y tú no los hayas visto, así que la biblioteca de tu ciudad no
es el edificio que contiene más libros”.
Donde se comete la falacia ad logicam es en esta segunda proposición cuando niego que la biblioteca es el libro, perdón, el edificio con más libros por el mero hecho de haber llegado a esa conclusión utilizando una falacia de generalización apresurada. Primero dicho, es el edificio con más libros que he visto, así que seguro que es el edificio con más libros de toda la ciudad, eso no lo asegura, pero el hecho de negarlo por haber llegado a esa conclusión por esa falacia tampoco es válido.
¿Cómo combatirla?
Haz dos cosas, la primera reconoce tu error, admite que la argumentación que has utilizado no es válida para defender tu idea y 2, usa una nueva argumentación que no sea o que no provenga de un razonamiento falaz para defender a tu idea:
“Tienes razón, no he visto todos los edificios de la ciudad y podría ser que uno tuviese más libros que la biblioteca, pero resulta que en la biblioteca tienen un archivo
con los edificios con más libros de toda la ciudad y en el archivo en primera posición salía la biblioteca con 140.000 ejemplares y el segundo de la lista solo tenía 45.000, así que si los archivos no son incorrectos, la biblioteca sí que es el edificio con más libros de toda la ciudad.
10. Falacia ad ignorantiam
La falacia ad ignorantiam consiste en afirmar que algo es verdad por el simple hecho de que no puede demostrarse lo contrario:
“Si no hemos podido encontrar vida extraterrestre, es que no existe”.
Como ves, se da por cierto una idea porque todavía no se ha podido demostrar lo contrario.
¿Cómo combatirla?
Aquí podrías decir que para demostrar algo se necesitan hechos probados que demuestren ese algo. La ausencia de esos hechos no da carta blanca para inventarse teorías. Pero eso no suele funcionar muy bien y lo que mejor funciona es un contraejemplo, podría decirles que tampoco hay pruebas de que no exista el monstruo del Lago Nes o de que no exista el Bigfoot de las nieves pero eso no nos da pie para afirmar que existen.
Cuando te compras un coche sucede algo extraño, de repente te das cuenta que ese mismo modelo está por toda la ciudad, parece que desde que te lo has comprado los concesionarios han decidido regalar ese modelo para que todo el mundo lo comparta. No es así, es un sesgo de tu percepción como tienes ese coche, ahora te fijas más y es más probable que veas ese modelo, te va a pasar lo mismo con las falacias a partir de ahora cuando estés en una discusión cuando observes una discusión siendo un tercero o cuando veas la tele sobre todas las noticias te darás cuenta cada vez más como utilizan falacias para defender argumentos así que te animo a prestar atención a esas personas, a intentar desgranar esas falacias descubrirlas para que en el futuro cuando alguien te intente engañar tú sepas cómo poder combatir.
En definitiva, las falacias son señales de alerta en cualquier discusión, indicándonos que algo no va bien. Detectarlas y comprender su funcionamiento es crucial para no caer en trampas argumentativas que distorsionan la verdad. A lo largo de este recorrido, hemos conocido algunas de las falacias más comunes, desde el ataque personal hasta la falsa autoridad o el falso dilema. Todas ellas, en mayor o menor medida, buscan manipular el pensamiento lógico y desviar el debate de su verdadero objetivo: alcanzar la verdad.
Reflexionar sobre la importancia de identificar estas falacias nos lleva a una conclusión simple, pero poderosa: en un mundo lleno de información, saber diferenciar los argumentos válidos de los engañosos es fundamental para tomar decisiones informadas. Te invito a seguir aprendiendo con uno de mis videos sobre cómo transmitir confianza con el lenguaje corporal y fortalecer así tu capacidad de análisis y pensamiento crítico frente a las falacias más comunes que enfrentamos a diario.
¡Ahora toca ponerlo en práctica! Siempre que te encuentres en alguna de estas situaciones, ya debes saber cómo manejarlas, cada tipo de falacia tiene manera de combatirse, contáctame si necesitas más información.