“Sí, puede que esté borracho pero cuando me despierte mañana estaré sobrio. Tú en cambio seguirás siendo fea.”

 

Carlos siempre ha sido muy ingenioso pero lo suyo nunca fue repartir frases de amor en las discotecas. Aunque no todo en la vida tienen que ser frases bonitas. Algunas frases tristes o lapidarias también se han convertido, con el paso del tiempo, en frases célebres.

Esas frases han adquirido el poder de los refranes o los proverbios y las puedes usar para animar, inspirar o convencer a tu público.

 

Si te diriges a un grupo de emprendedores les dices:

Como dijo Muhammad Ali:  “Odié cada minuto de entrenamiento pero me decía: no pares. Sufre ahora y vive el resto de tu vida como un campéon.”  

 

Si te diriges a un grupo de jóvenes estudiantes a punto de escoger una carrera:

“La educación es lo que os quedará cuando olvidéis lo que aprendisteis en la escuela.”

 

O si quieres dar un valioso consejo a esos mismo jóvenes:

 “Si esta noche vais a hacer algo de lo que os arrepentiréis mañana al despertar, mejor dormid hasta tarde.”

 

Sea cuál sea el tema del que hables y la audiencia a la que te dirijas siempre existe una cita célebre que encaja con lo que vas a decir.

 

Por qué usar frases célebres

Imagina que quieres a contratar a un diseñador para que haga tu web. Dudas entre tres opciones:

A – Empresa con web atractiva de la que no tienes referencias.

B – Empresa con web atractiva en la que ves un testimonio – Mónica Gómez- que habla bien de ellos.

C –Empresa con web atractiva en la que ves un testimonio – David Ackerman, CEO de Sony – que habla maravillas de ellos.

 

A igualdad de precio, ¿con cuál te quedarías?

 

Las citas célebres cumplen un papel parecido a los testimonios. Si tú dices algo la gente lo dudará, pero si lo dicen otras personas tenderán a creerlo.  Si esas personas son famosas o conocidas la credibilidad aumenta. 

Una de las ventajas de las frases célebres es que están bajo el cobijo de un personaje famoso. Por eso se han hecho célebres.

Al usar frases populares aumentas tu ethos y eso beneficia a todo tu mensaje. En la mente de la audiencia no solo se hace creíble la idea que esa frase apoya sino que esa credibilidad se hace extensible al orador y a otras ideas que promulga.

 

Cómo usar frases célebres

Uno no puede montar un armario de Ikea sin leer las instrucciones ni usar frases célebres en su discurso sin tener estos 6 consejos en cuenta.

 

1-Conoce al autor

Para que la cita célebre sea efectiva, lo ideal sería  que toda la audiencia conociese al autor de la cita. Por desgracia, no puedes adentrarte en la mentes de los demás para comprobarlo. Todavía.
Una manera de solucionarlo es asegurarse de que, al menos,  lo conozcas tú. Eso no quiere decir ir a la wikipedia y leer la biografía. No. Deberías conocer al creador de la frase antes de que escribieses sobre ella. Citar a un autor que no conoces es como hablar de un libro que no has leído. ¿Conoces a aquellos que les encanta Dostoievski? Pues eso.

Hay muchas probabilidades de que seas una persona media, con una inteligencia media, un nivel cultural medio y no más de tres ceros en tu cuenta bancaria. Si conoces o desconoces la frase en cuestión,  al público probablemente le suceda lo mismo.

 

2-Asegúrate de que la frase es correcta

Atribuir incorrectamente una frase a un personaje es como decir «fin de la cita» tras cada oración. Te expone al ridículo.

Para conseguirlo puedes comparar varias fuentes en Internet y comprobar si todas atribuyen esa frase inteligente al mismo personaje. Si todas coinciden puede que sea cierta. Lo malo de este método es que ya sabes cómo funciona Internet. Uno escribe a partir del otro, otro de ese mismo y al final, como dijo Tyler Durden, todo parece una copia de otra copia.

Si eres un romántico puedes acudir a una biblioteca y consultar libros impresos de citas. Un libro físico acostumbra a ser más fiable que la mayoría de publicaciones de la red.

 

Otro recurso es comprobar si aparece en esta página. Un sitio web que se encarga de verificar las frases célebres más famosas.

 

 

3- ¿Abrir con una cita célebre?

A menudo recomiendo empezar tu presentación con una cita célebre. Aquí lo hice. Pero estos últimos meses empiezo a percibir esos inicios como algo artificial. Puede que sea una variante de la maldición del conocimiento, después de todo, veo más discursos que la persona media.

En cualquier caso, conviene tener cuidado.

 

No digo que no lo hagas, solo te aviso de que no por empezar con una frase célebre vas a conseguir una gran apertura. Tienes que usar LA cita célebre. Esa que encaja perfectamente con lo que vas a contar. Usar una que no sea relevante puede ser contraproducente.

El beneficio principal de las citas es proporcionarte credibilidad y reforzar así tus ideas. Para maximizar este efecto conviene situarla en el cuerpo del mensaje, antes o después de la idea que pretendes apoyar.

Usarla al principio potencia otro efecto. El de captar la atención y generar sorpresa. Los dos son objetivos deseables así que lo ideal es pensar qué quieres conseguir y actuar en consecuencia.

 

4- Vístela bien

Las pausas tienen muchos beneficios, uno de ellos es añadir tensión y captar la atención.
 

Hay momentos de tu discurso en los que una pausa es necesaria. Cuando enuncias algo importante, cuando lanzas una pregunta retórica o después de usar un punchline para una broma. Las frases célebres son otro de esos momentos.
 

Prueba esto: sitúate delante de una audiencia como si fueses a hablar y haz una pausa de 5 segundos. Verás decenas de pares de ojos prestándote atención y de paso te darás cuenta de lo relativo que es el tiempo.

Utilizar las pausas con las citas célebres es una buena idea. Usarla antes les anuncia que algo destacado se acerca. Hacerlo después les indica que acabas de decir algo importante.

 

5- No abuses

¿Tienes un plato preferido? ¿Una bebida preferida? ¿Un juego, una peli o una canción favorita?

¿Qué pasa cuando lo consumes una y otra vez?

Que cada vez te gusta menos. Va perdiendo fuerza.

 

Las frases célebres también cumplen esa curiosa regla. Con cada ejemplo que añades diluyes el anterior.

No existe un número máximo de frases a citar, aún así es mejor no incluir demasiadas en tus presentaciones. Si al revisar tu texto te surge la duda de si te estás pasando, es que así es.

Incluir dos es totalmente normal. Diez,  de sub-normal.

No seas sub. Sé plus.

 

 

6-Otra manera de usarlas

Hay otra manera de usar las frases célebres. Una menos habitual. Así.

 

como-usar-las-frases-celebres

 

Si usase esta frase en un discurso, esto sería lo que diría al mostrarla.

..

.

 

Nada.

Si planeas usar una frase célebre como imagen, no la leas.  Tu público lo hará por ti en cuanto la muestres.

Tus diapositivas deben apoyar tu mensaje, no repetirlo.

 

 

Si crees que este artículo te ha ayudado o puede ayudar a alguien, compártelo.  Si no lo haces y, como consecuencia lo lee poca gente, me consolaré con esta cita célebre de Cyril Connolly:

 

“Better to write for yourself and have no public, than to write for the public and have no self.»

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