El miedo a hablar en público puede asaltarte por muchas razones: terror a no dar la talla, temor a olvidarse parte de la presentación, pánico ante la incapacidad para responder alguna pregunta… o miedo de ser un ponente aburrido.
En este post te daré dos consejos para hablar en público y evitar esto último.
Ser aburrido no es un deseo que la gente pida a los Reyes Magos. Ni una cualidad que pondrías en tu currículum o en Tinder. A pocos les gusta la gente aburrida.
Y no creas que el temor a ser un tostón es exclusivo de la vida personal. Es cierto, nadie quiere ser monótono, hacer siempre lo mismo, instalarse en la rutina… La gente quiere emoción, aventuras, probar cosas nuevas cada día.
Pero ten en cuenta que es esa misma gente la que acude a las presentaciones así que no pienses que cuando atiendan a la tuya estarán ansiando algo pulcro, profesional y aburrido.
No.
Quieren aprender, sí. Pero también quieren pasárselo bien.
De hecho, aburrirse por aprender es un precio que cada vez menos gente está dispuesta a pagar.
Nos vamos dando cuenta de que serio no es sinónimo de profesional. Existen cientos de profesionales que son divertidos y hacen bien su trabajo. ¿Por qué entonces ser un cenizo?
La oratoria y la sensación de aburrimiento
Estás haciendo una presentación y, de repente, la chica del pelo largo de la fila seis bosteza.
Sigues adelante.
Ahora es el hombre de gafas con camisa de cuadros de la segunda fila el que saca su teléfono y se pone a gestionar el correo.
Algo va mal.
No tienes su atención.
Primera batalla perdida.
No es la guerra, pero perder la primera batalla es un golpe moral que sueles acusar.
¿Por qué no me escuchan?
La mente quiere protegerte y lo primero que te ofrece es una excusa:
Es que hablo de un tema muy técnico y es imposible que no sea aburrido.
Hombre, imposible, imposible…
Aquí tienes un vídeo de Hans Rosling, el hombre de las estadísticas. Si te dicen que hay una charla sobre desarrollo global, esperanza de vida o fertilidad no cancelarás tus citas para asistir. Aún así, mira:
Un buen tema puede ayudarte a realizar una presentación más entretenida -hablar sobre un tema de actualidad política en clave de humor puede que sea más interesante que hacerlo sobre la velocidad a la que se mueven los electrones por el grafeno- pero si el bueno de Hans puede arrancar aplausos con un eje de abscisas y otro de ordenadas, no puedes usar el tema de tu charla como excusa.
Lo malo de las excusas es que cuando buscas una… la acabas encontrando.
En lugar de preocuparte de si el tema del que hablarás es suficientemente interesante, lo que deberías preguntarte es: ¿cómo hago que esto sea más divertido?
2 trucos para hablar en público y ser entretenido
TODO puede hacerse más atractivo. En unos casos necesitarás invertir más tiempo que en otros pero hables de economía, contabilidad o riesgo de cáncer de colon siempre puedes incorporar dos elementos clave: el humor y la interacción.
1- Utiliza el humor
El humor es uno de los conectores más importantes con la audiencia.
No todo el humor gusta pero sí que a todo el mundo le gusta el humor. ¿Retruécano?
Tres estrategias sencillas para aplicarlo son la autodepreciación -reírte de ti mismo-, los callbacks -hacer referencia a algo que ya has mencionado antes- y apelar a lo inesperado –guiar al público hacia un lado pero ir hacia otro-.
Si quieres aprender cómo usar cada una de estas tres técnicas con ejemplos prácticos puedes hacerlo aquí.
El humor es genial si te sientes cómodo con él pero si no es así… no lo uses. No hay nada más incómodo que estar frente a alguien que intenta usar el humor y no lo consigue.
Puedes ser un buen orador sin usar humor, no te preocupes. Eso sí, si no lo usas, te sugiero apoyarte en lo siguiente.
2- Interacción con el público
Si eres una persona que habla en público con regularidad sabrás que, del mismo modo que existe fobia al público, existe fobia al ponente. Es el miedo de que la charla que presencias sea aburrida, pesada, larga y unidireccional.
¿Sabes por qué la mayoría de charlas TED duran 18 minutos? Porque se considera que es el período máximo de atención plena. A partir del minuto 19 es más probable que la audiencia se disperse.
Lo más posible es que tu presentación dure más de 18 minutos pero no te preocupes. Hay salida.
El truco es hacer que cada cierto tiempo ese “contador de la atención” baje a cero.
¿Cómo?
Rompiendo la unidireccionalidad. Despídete de hablar tú solo durante 40 minutos seguidos.
Eso aburre. En su lugar, involucra al público.
Hazles sentir que tienen un papel activo en tu presentación. Invítales a hacer actividades. Algunas ideas:
- Acércate a alguien del público y dirígete a él durante unos minutos.
- Saca a alguien para realizar un ejercicio práctico.
- Propón una visualización que ayude a darse cuenta de algo.
- Haz que se levanten y hagan algún ejercicio físico.
- Propón un ejercicio en el que todos puedan participar.
- Divídelos en parejas para que pongan en práctica algo que les has enseñado.
- Hazles una pregunta.
¿Ves a lo que me refiero?
No dejes que pasen más de 18 minutos sin que hagan nada. Oblígales a estar atentos. Sácales del papel de atención pasiva y sumérgelos en la actividad de tu presentación. Con eso lograrás un doble efecto: los que hagan algo se sentirán más involucrados y los que no lo hagan, saben que los próximos pueden ser ellos y eso les obligará a estar más atentos.
Eso sí, todo lo que hagas debe ser relevante. No uses ese ejercicio que viste en el taller de la semana pasada simplemente porque te gustó.
Eso son fuegos artificiales sin sentido. Y cuando juegas con fuego, te puedes quemar.
Piensa, prueba y usa la técnica que mejor ejemplifique lo que quieres transmitir y el público agradecerá ese dinamismo.
Hola Nacho.
He estado examinando tus vídeos y he notado que eres un buen orador público.
Se nota que te preparas con bastante antelación para tus conferencias y a la eso suenan natural.
No soy un orador profesional ni nada por el estilo, pero hago algunos discursos y creo que recién a mi edad de 50 años entiendo de que se trata esto.
Quería saber si podrías poner algunos ejemplos de CÓMO usar el callbacks.
Lo he escuchado antes.
Lo escuche hace años en uno de los mejores oradores que he oído hasta ahora, pero se me hace difícil COMPRENDER de que trata esto.
Lo que note en uno de los discursos que encontré en tus vídeos que habla de tu hija, es que NO SOLO usaste el ejemplo de escalar la montaña y del italiano al inicio y al final de tu presentacion, sino DURANTE esta.
Eso hace que un discurso suene como un todo unido.
Dijiste “eso pasa por confiar en los italianos” “me preocupa que ur traiga un novio italiano.. y le diga.. quiero explorar” y todo eso DURANTE tu intervención.
Al final no simplemente repetiste la comparación inicial de la montaña palabra por palabra, sino que usaste sinónimos y diste una conclusión lógica a todo lo que habías dicho, corta, directa e inpactante. Para mi, la ilustración de La Niña pisando el charco era una ilustración final que causó buen impacto y te ayudo en la conclusión.
Llegaste al corazón… moviste las emociones.
Si se puede me gustaría escuchar otros ejemplo de CÓMO se usa esto. Me gustaría entender este punto.
Hola Luis,
Gracias por tus palabras.
Los callbacks son referencias a algo que has dicho a lo largo de tu discurso, aunque también puede hacerse referencia a algo que ha dicho otro ponente si participas en un evento con varios oradores. En el vídeo que comentas, las referencias a los italianos son callbacks; primero introduzco el término y luego hago una broma al referirme a él. En general suelen dar buen resultado tanto a nivel humorístico como a nivel genérico.
Lo que comentas de “escalar la montaña” es un cierre circular que consiste en acabar haciendo referencia a la idea con la que empezaste.
Por último, lo que hace que un discurso parezca “todo unido” es el tener un hilo conductor. Cuando tienes esa idea central clara y puedes ir haciendo referencia a ella, da la impresión de que todo está mucho más relacionado y organizado. Es algo parecido al callback aunque éste último suele hacerse una vez de manera puntual y puede ser sobre un punto cualquiera mientras que el hilo conductor es la esencia de tu discurso y sueles referirte a él más de una vez.
Espero haber solucionado tus dudas. 🙂
Ah y muchas gracias por las buenas sugerencias que has dado en todos los vídeos cortos.
Y algo más, quería saber cómo se recibe este curso que se menciona, de 8 sugerencias.
He intentado recibirla pero aún no entiendo como se hace.
Mis saludos a ti y a tu equipo.
Atte
Luis Rocha
Hola Luis,
Gracias a ti por pasarte y dejarnos tu opinión. 🙂
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