Si en alguna época de tu vida saliste por las noches quizá te diste cuenta que las mejores eran las improvisadas. Fines de año, “sanjuanes” o conciertos…sí, estaban bien pero todo eran aglomeraciones, colas y expectativas altas, lo que hacía difícil que ese momento alcanzase el estatus de noche épica.
En cambio, las improvisadas, esas noches en las que te ibas a quedar en el sofá pero luego acababas saliendo… esas noches solían ser mágicas.
Con las presentaciones o los discursos sucede justo lo contrario.
Lo preparado es mejor que lo improvisado. Lo entrenado que lo nuevo. Lo ensayado que lo inventado al momento. Sí, la creatividad es algo muy bonito pero no siempre acude a ti cuando la necesitas.
Aún así, la improvisación es una forma de discurso. Un escalón del arte de hablar en público. Un escalón que tarde o temprano tendrás que subir.
Puede que debas dar un discurso improvisado cuando tu jefe te pida que expreses tu opinión sobre la nueva logística de envíos que propone el departamento de atención al cliente, cuando te obliguen a levantarte en una reunión familiar para hacer un brindis o cuando te hagan una entrevista por un reciente logro. En cualquiera de esos casos deberás mostrar que eres un buen orador. No solo deberías saber hablar cuando te lo preparas sino también cuando la situación requiere improvisar.
Técnicas de improvisación a largo plazo
Si quieres ir avanzando puedes empezar con estos dos ejercicios de improvisación hoy para evitar las taquicardias del mañana.
1. Anticipa a la situación a la que te expondrás y esboza tres ideas sobre el tema del que se hablará.
Si celebras tu cumpleaños puede que alguien te pida decir unas palabras. Si haces una presentación puede que luego se genere un debate. Si vendes un producto a unos clientes potenciales puede que, al acabar, te hagan algunas preguntas.
Piensa en lo que puede suceder en esas situaciones y practica respuestas. Practicar quiere decir verbalizar. Que no solo esté en tu mente. Involucra a tu lengua en el proceso.
2. Practica continuamente
Hay multitud de ocasiones a la semana para practicar los discursos improvisados. Desde la reunión de ventas hasta la respuesta que le das al operador de Vodafone para confirmar que no estás interesado en contratar su ADSL.
Cuando lo hagas, no te limites a escupir lo que tu mente lance. Párate 10 segundos – a la gente le sorprenderá, sí. Te tendrás que acostumbrar- y estructura ligeramente lo que dirás.
Hoy la intención no es sorprender a Juan Alejandro con un discurso elaborado sobre las razones por las que no contratarás Vodafone. La idea es ejercitar el músculo.
Cuando te acostumbras a parar, pensar y hablar, vas grabando ese circuito en tu mente y cada vez te será más sencillo acceder a él.
Qué no hacer cuando improvisas
Cuando no tienes una estructura preparada es muy fácil que te vayas por las ramas y se presente uno de estos dos escenarios: repites varias veces los dicho y/o te quedas en blanco y lo verbalizas. Así que antes de pasar a las técnicas de improvisación, quiero darte un par de sugerencias sobre lo que debes evitar.
Repeticiones infinitas
Es habitual volver a repetir puntos ya mencionados cuando te quedas sin ideas.
Habitual pero no recomendable.
Eso solo debilita lo dicho. Limítate a seguir una de las tres estrategias que has visto hasta ahora y cuando acabes, calla. Las pausas son tus amigas. Aquí tienes algunas ideas de lo que pueden hacer por ti.
Quedarse en blanco
Puede que no se te ocurra nada. Que la mente se bloquee y se pare. Es normal. No te preocupes. Si te sucede, no lo digas. Cabe la posibilidad de que tu interlocutor/es no se dé cuenta del bloqueo. Además, verbalizarlo no tiene ningún beneficio.
Si alguna vez te pasa, recoge lo último que recuerdes haber dicho con un “Como os he comentado, ………” . De esta manera ganas tiempo y es más probable que retomes el hilo de tus ideas.
Sí, volverás a pasar por encima de un punto pero estamos buscando una salida de emergencia. Salir es mejor que arder.
Cómo aprender a improvisar
Las dos técnicas de improvisación a largo plazo te servirán para que tu cerebro se acostumbre a estructurar tus improvisaciones y las dos sugerencias anteriores para minimizar errores pero ¿Cómo improvisar?
Aquí tienes tres técnicas de comunicación que te evitarán pasar por las clases de teatro.
1. Segmentación
La segmentación es una técnica de expresión oral que consiste en dividir cualquier tema en dos partes, generalmente opuestas.
Las opciones de segmentación son extensas y a medida que las practiques cada vez se te ocurrirán más.
Algunos ejemplos.
Te piden que hables sobre el cambio climático.
“Podríamos verlo desde dos perspectivas distintas. Para el hemisferio norte el cambio climático significa…………….. Para el hemisferio sur…………….”
Debes dar tu opinión sobre el amor incondicional de los padres hacia los hijos.
“¿Amor incondicional? Sí, pero no es lo mismo un padre que una madre. Una madre ……………..mientras que un padre…………………..“
Tu jefe quiere saber qué piensas sobre la nueva localización de los laboratorios.
“Todo depende de cómo accedas. Si vienes en transporte público……………….. pero si piensas ir en tu coche………………“
Puedes jugar con muchas otras segmentaciones: invierno-verano, hombres-mujeres, altos-bajos, nacionales-extranjeros, duros-blandos, sanos-enfermos, ricos-pobres, rápido-lento, etc.
Exponte a situaciones y practica.
2. Positivo vs negativo
Una variante de la segmentación es la valoración de los puntos positivos o negativos del tema a tratar. Es útil para ayudar a tomar decisiones pues lo que haces es un viaje rápido sobre las consecuencias, las ventajas o sus opuestos. Eso te permite ir formándote una idea mientras preparas la conclusión en la que darás tu opinión.
Algunos ejemplos sobre los que podrías improvisar.
Debes hablar sobre la nueva ley de seguridad ciudadana.
“Sé que está recibiendo muchas críticas y es normal. Con esta nueva ley la ciudadanía pierde ciertas libertades como …………………..Pero hay que tener en cuenta que también traerá beneficios como el descenso de agresiones o………………………
Así que si me pides mi opinión creo que esta ley es un paso………”
Te preguntan tu opinión sobre las nuevas plantillas PowerPoint que ha diseñado tu empresa para las presentaciones.
“La igualdad de las plantillas aportará semejanza, sensación de unidad y, sobre todo, una identidad como empresa. Esto ayudará a ………………………..Pero no puedo evitar pensar que estamos cercenando la creatividad de algunas personas. Las dos mejores presentaciones que vi en mi vida fueron sin plantillas y creo que……………
En definitiva, pienso que lo mejor para la empresa sería………… “
3. Historia + razones + conclusión
Esta estrategia es la más complicada de llevar a cabo. Requiere ciertas habilidades pero si eres capaz de utilizarla la gente pensará que eres un genio o que no estás improvisando. Dirán: ¡“Eso es saber comunicar!”
Ejemplo.
En tu empresa se está discutiendo si sería bueno permitir que algunos departamentos trabajen desde casa. Tú trabajas en uno de ellos y te piden tu opinión.
-El otro día leí que un atleta había corrido 42km en 2 horas. Me pareció curioso porque esa es la distancia que hay entre mi casa y el trabajo. El martes pasado salí de casa a las 6:30 y llegué a la oficina a las 9:10. Dos horas y cuarenta minutos. No puedo evitar pensar que si hubiésemos salido a la vez, ese atleta hubiese podido llegar a la oficina, ducharse, desayunar y sentarse delante del ordenador mientras yo aún estaría conduciendo.
Los datos lo confirman. La tendencia en las grandes ciudades es más tráfico, más atascos y más multas. Cualquiera de esas tres cosas me disgusta así que si pudiese evitarlas mejor. Pero si además de evitarlas resulta que consigo unas cuatro horas más al día, es decir, 20 horas más semanales, que la empresa reduce costes fijos por alquileres de naves y que contribuyo a reducir la contaminación, me parece que todo el mundo gana.
Así que sí, creo que trabajar desde casa no solo es el futuro de esta compañía sino el presente.
-Gracias Enrique. Mañana no hace falta que usted vuelva.
¿Cuáles son tus experiencias con los discursos o presentaciones improvisadas?
¿Te han salido bien? ¿Tienes algún truco?
Compártelo para que todos aprendamos.
Buenos días Nacho,
La verdad es que cuando veo en el mail un mensaje tuyo me crea muchas expectativas y hasta día de hoy siempre se han cumplido con creces.
Hice contigo el curso de fin de semana para aprender ha hablar en público y me ha ayudado muchisimo en mi día a día, suelo utilizar recursos que aprendí allí y si a eso sumamos la formación permanente que nos das con tus mensajes regulares me dan una seguridad que anteriormente no tenía.
Totalmente aconsejable y te felicito por tu forma de enseñar y tu empatía con los que llegamos a estos cursos un tanto preocupados por el que va a pasar.
Muchas gracias y un fuerte abrazo
Hola Fernando,
Muchas gracias por tu cariñoso mensaje. Me alegra leer que, más de un año después de la formación, utilices recursos que aprendiste durante esos días.
Espero que el blog siga siendo una herramienta para aumentar tus conocimientos y confianza durante mucho tiempo.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias por compartir tu sabiduría Nacho. Siempre se aprende contigo.
Un saludo
Gracias por pasarte y comentar Jesús. Y por el cumplido. 😉
Hola Nacho,
estupendo artículo. Enhorabuena.
Cuando hacía improvisación teatral, un recurso que entrenábamos para improvisar era el de los símiles.
Puedes utilizar elementos de un tema genérico conocido por todos (por ejemplo, la comida, el deporte, los coches) para hacer un discurso explicando una situación o dando tu opinión sobre un tema. A parte de sorprender a la audiencia, comprenderán mejor tu idea.
Por seguir con uno de tus ejemplos: “En tu empresa se está discutiendo si sería bueno permitir que algunos departamentos trabajen desde casa.”
Si tu postura es a favor de trabajar desde casa podrías empezar con algo así (improviso mientras escribo): “¿Cuántos de vosotros habéis pedido comida a domicilio alguna vez? Comida china, una pizza, lo que sea. Por favor, levantad la mano. Gracias. Ahora imaginad la siguiente situación. Llamas al Telepizza para pedir una pizza pero cuando vas a indicar tu dirección, te dicen que tienes que ir allí a comerte la pizza. Preguntas si es que tienen algún problema con los repartidores y te dicen que no, que todo está perfectamente. Te explican que podrían llevarte la pizza a tu domicilio pero que es mejor que te desplaces tú hasta el local. Te dicen que ven muy valioso que pases más tiempo con otros clientes y además, los jefes del local pueden vigilar si te comes la pizza correctamente. etc.”
Otro ejercicio que también puede ser útil consiste en improvisar presentaciones. En USA han creado un formato de espectáculo llamado Speechless, que está teniendo muchísimo éxito y llenando los locales “afterwork”. Consiste en lo siguiente. Al que va a hacer la presentación se le propone un tema y un tipo de discurso (lanzamiento de una aplicación para móvil, charla motivacional para nuevos empleados, charla TED, brindis en una boda, etc.). Además, hay una pantalla en la que se proyectaran 6 diapositivas de powerpoint totalmente aleatorias y generalmente, sin sentido. El presentador tiene que elaborar su discurso justificando las imágenes que aparecen en la pantalla. Está totalmente orientado hacia el humor, pero sirve para desarrollar la rapidez mental. Aquí hay un video de ejemplo. Está en inglés pero se entiende el concepto: https://www.youtube.com/watch?v=khh-YXQQ_0c
¡Un saludo!
Hola Juan Daniel,
Muchas gracias por tu rico comentario. Me encanta que complementéis los artículos y entre todos los hagamos un poco mejor.
¡El ejemplo de la pizza me parece genial! Además, me parece muy acertado para defender la postura del sí. Probaré la estrategia de los símiles en mi próxima improvisación aunque intuyo que será más complicado de lo que aparenta.
Respecto al comentario de USA, también lo he visto por Barcelona. De hecho, yo propongo un ejercicio muy similar en mis formaciones para hablar en público que suele empezar con miedo y acabar con carcajadas.
¡Un e-brazo Juan Daniel!