Se acerca el fin del año y es un buen momento para hacer una reflexión sobre cómo ha ido. Cada uno analizará su año en función de sus valores, prioridades y expectativas.

 

Yo no soy distinto.

 

En mi caso, hablaré de algunas de las cosas que me parecen más importantes… pero sobre todo de las que me acuerdo.

 

 

Cosas de las que estoy contento


 

1- El negocio funciona

Este es el tercer año seguido que puedo vivir de mi negocio y la facturación ha seguido aumentando. En el momento de cerrar el tercer trimestre la cifra de negocio ya había igualado la del año anterior así que todo este último trimestre ha sido crecimiento. Todavía tengo mucho por hacer y mejorar pero estoy satisfecho de cómo va todo.

Supongo que es intrínseco al que trabaja por cuenta propia pensar que el futuro no está asegurado y que las cosas vayan bien ahora no asegura que siga pasando lo mismo en el futuro.

Aún así, puede que sea la primera vez en estos 6 años de autónomo que estoy relativamente tranquilo y convencido de que las cosas irán bien y esa sensación no tiene tanto que ver con los ingresos sino con las creencias. Cambiar la forma de pensar es lo que me permite ver las cosas de forma distinta.

Esta relativa seguridad y confianza me lleva al segundo punto.

 

2- Me he comprado un piso

Desde muy joven tenía claro que quería un piso. Supongo que es la herencia de jugar tantas partidas al Monopoly.
No creo que la compra sea la mejor opción para todo el mundo, pero sí que creo que lo era para mí. Después de varios cálculos y valoraciones, Elvia y yo decidimos comprar.

Eso fue hace tres años.

Sí, hemos mirado muchas cosas antes de decidirnos y nos pasaron otras tantas (incluso okuparon una casa pocos días antes de firmar cuando ya se había hecho la tasación y otros trámites) hasta que finalmente encontramos la propiedad adecuada y una financiación aceptable.

Estoy muy contento de la compra. Creo que es un piso genial a un precio razonable y espero poder vivir en él muchos años.

En verano hicimos una fiesta de inauguración a la que acabó viniendo la policía pero, me gustó tanto, que estoy pensando convertirlo en un evento anual. Eso sí, tendremos que hacer algún arreglo con los vecinos.

 

3- Sigo aprendiendo

Una de mis inquietudes es aprender. Cuando te sumerges en una disciplina, la curva de aprendizaje es muy pronunciada pero llega un momento en el que se va estabilizando y apenas crece.

Dicho de otro modo, al principio aprendes mucho y a medida que aprendes, cada vez cuesta más hacerlo.

Eso me ha provocado algunos momentos de frustración pues tenía la sensación de estar estancado. Me encanta leer, formarme, adquirir conocimientos. Es casi una adicción. Por eso, cada año, suelo acudir a distintas formaciones. Este año he ido a tres y de todas he sacado algo.

Pero de lo que estoy especialmente satisfecho es de una iniciativa que comencé a mitades de año.

Les pedí a mis clientes que me dijesen cuál ha sido la formación mejor valorada en su empresa. Luego, he contactado a ese formador/a para pedirle asistir a una de sus formaciones y ver qué hace y cómo lo hace. Las formaciones a las que me planteo asistir no tienen nada que ver con el campo de la comunicación: de momento son cosas como defensa personal, esterilización de materiales o liderazgo. Mi punto es que también puedo aprender de otras disciplinas y un regalo colateral en el que no pensé al empezar con ello es que estoy ampliando mi círculo de relaciones.

 

4- He cambiado de hosting

Cuando empecé con la web no tenía absolutamente ni idea de cómo funcionaba todo.  Le encargué a Marta la web, el hosting y los correos. Con el paso de los años me he ido formando en este campo y ahora ya puedo tomar decisiones y acciones por mi cuenta.

Una cosa con la que no estaba contento era con los servicios de hosting.  Lo tenía todo con Godaddy y tenía la sensación de que estaba pagando un plus por una supuesta mejor atención y un supuesto mejor producto que no eran tales. A finales de 2017 decidí cambiar pues tuve varios encontronazos con el servicio de atención al cliente y decidí hacer una migración.

 

Si no sabes de qué va esto de los alojamientos web y las migraciones puedes pensar en términos de domicilio físico. ¿Sabes lo que es una mudanza? Pues esto es algo parecido, pero con un riesgo mayor de que tu material se pierda para siempre.

A principios de año cambié todo a Webempresa y, aunque las primeras semanas fueron angustiosas, estoy súpercontento con el cambio.

La atención brindada fue de 9,5; rápida y certera. Pero lo mejor de todo es que no he vuelto a saber nada de ellos durante el año. Cero problemas. Esa es la mejor de las noticias.

 

 

Aunque considero que ha sido un buen año hay cosas que mejorar.

 

 

Cosas que podría mejorar


 

1- Aumentar las relaciones sociales

A mitades de año coincidí en un evento como ponente con Francisco Alcaide, uno de los gurús de nuestro país sobre temas de crecimiento personal.
Hablamos un poco y vi que le daba mucha importancia a la creación de relaciones. Netwoking, vaya.

En uno de los cursos que hice este año, Jamie, la “profe”, decía que uno de los tres pilares para el éxito profesional era estar rodeado de gente que te aportase y te mejorase como persona.

Conocer a gente nueva es básico, pero es que, si además es gente que te aporta, también es un lujo agradable. Encima, dado que soy extrovertido, no supone un problema para mí. Aun así, no he hecho ningún esfuerzo para conseguirlo. Este 2018 lo he pasado en salas de formación y delante del ordenador creando contenido y eso es algo que pretendo cambiar en 2019. No es que lo anterior este mal pero creo que todos los aspectos de mi vida podrían mejorar conociendo a gente que me aporte. Aún no tengo un plan definido, pero tengo varias ideas en mente. Una de ellas tiene que ver con meetup, con la que ya he tenido mis primeros contactos.

 

2- Mejorar la Productividad

Este segundo semestre he notado que no he sido tan productivo. Me he relajado en momentos en los que podría haber avanzado trabajo y es que trabajar por tu cuenta, y hacerlo a menudo en casa, pone a prueba tu disciplina cada día.
Ya no trabajo con el teléfono en la oficina sino que lo dejo lejos para no despistarme con cada notificación y romper el ciclo de atención. Esta técnica ha funcionado muy bien pero he caído en otras distracciones como los periódicos digitales o Youtube.

Sé que no se puede ser 100% productivo, además, es bueno darte permiso para no ser siempre una máquina de la productividad pero para este 2019 espero serlo más.

 

Una cosa que me funciona bien y uso a menudo es la técnica pomodoro.
Consiste en programar períodos de atención de un tiempo determinado (yo los hago de 50 min) para, a continuación, programar un descanso. (yo los hago de 10 min) Para que me funcione bien necesito que el descanso sea en un lugar distinto al del período de atención:  la calle, el jardín… pero no en la oficina. Eso no me ayuda a desconectar.

Para este primer trimestre del 2019, tengo dos grandes proyectos que terminar y me propongo trabajar con seis ciclos al día: cuatro por la mañana y otros dos por la tarde. He comprobado que, cuando lo consigo, avanzo mucho trabajo.

Son cinco horas de trabajo efectivas, pero cunden como el doble.

 

3- Nuevos proyectos

Uno de los objetivos de este 2018 era crear mi curso estrella: un curso online para vencer el miedo a hablar en público.

La idea era poder publicarlo en Diciembre pero las ganas de que sea todo perfecto me han llevado a posponerlo unos meses.

El timing que hice fue relativamente acertado pero fallé en dos cosas:

1- No conté con algunas presentaciones que me salieron en ese plazo y a las que tuve que dar prioridad.
2- Sobreestimé la capacidad del mes de Diciembre. En el calendario tiene 31 días pero la realidad es que son muchos menos.

Lo pongo en cosas a mejorar porque si al inicio de 2018 me marqué eso como un objetivo es que quería conseguirlo de verdad. Que hayan aparecido algunas otras cosas no son más que excusas que han conseguido posponerlo. Aun así, no es algo que me preocupe porque sé que en pocos meses el curso verá la luz.

 

4- English Friday

A Elea le encantan los cuentos. Disfruta escuchándolos y luego se los cuenta ella a sus muñecos. Por eso, un día decidimos llevarla a la biblioteca donde, los sábados, hacen un taller de cuenta cuentos.

Ese día vino una señora que tenía sus “propios cuentos”. Uno de ellos contaba la historia de una tortuguita que apostaba contra un lobo a que le ganaba en una carrera de larga distancia.

El lobo estaba muy confiado pero la tortuguita fue lo suficientemente lista para hacer trampas, situar a una tortuga amiga en cada uno de los checkpoints de la carrera y plantarse en la línea de meta antes que el lobo.

 

Creo que los cuentos y las historias populares son importantes no por el contenido en sí sino por los valores y las moralejas que emanan de ellos.

Por eso, cuando la señora acabó el cuento cogí a Elea y nos fuimos de allí.
¿Qué le estaban enseñando? ¿Que para ganar se podía hacer trampas? ¿Que, como el lobo es «malo», está bien hacerle trampas? ¿Que el más listo es el que gana a toda costa?

Ese día estuve pensando que los niños reciben “educación” con casi cada interacción y que donde más interacciones hay es en casa así que ese debía ser uno de los pilares de la educación. Me comprometí todavía más con darle la mejor posible.

 

Poco después decidimos instaurar el English Friday en casa. Esta vez no tenía nada que ver con cuentos y valores sino con una habilidad que creo que le será muy útil en el futuro: el inglés. El English Friday es un día a la semana en el que Elvia y yo solo podemos comunicarnos con Elea en inglés.

¿Por qué está en este aparatado?

Porque aunque la idea es buena, la implementación no lo ha sido. Ni nos hemos acordado todos los viernes de hacerlo ni, cuando nos hemos acordado, lo hemos mantenido todo el día.

Para este 2019 espero que sean muchos menos viernes los que no lo cumplamos y aquí sí que tengo algunas ideas para conseguirlo. 😀

 

 

Algunas cosas que he sacado de mi vida


 

Lo que viene no es bueno ni malo de per se. Son cosas que hacía que ahora no hago. Algunas me han aportado frescura y otra me la han quitado.

 

He abandonado las redes sociales

Definitivamente, no me gustan.  Entro en ellas porque sé que son un pilar para la difusión de contenidos, pero cada vez veo más cosas que me desagradan.

Mención especial para Twitter que se ha convertido en la atalaya desde la que cada uno ejerce su supuesta supremacía moral. Es repugnante.

Linkedin es la que me parece menos corrompida y por la que más me paso aunque temo que se pervierta en breve.

También he abandonado el canal de Youtube. En este caso, ha tenido más que ver con la reordenación de prioridades que con la aversión a la red. También tengo una disyuntiva entre hacer vídeos relacionados con el negocio que me atraen poco y hacer vídeos menos relaciondos pero que me apetecen más.

Tal vez abra un nuevo canal. Ahí lo dejo.  😀

 

He abandonado Toastmasters

Después de 5 años, no he renovado mi cuota con Toastmasters. Creo que es una organización genial, de hecho se la recomiendo a casi todo el mundo que pregunta cómo aprender a hablar en público pero, personalmente, necesitaba un respiro.

Este último año hice lo posible por obligarme a asistir pero ni estaba lo suficientemente motivado ni mi agenda me lo facilitaba. También sé que si lo primero se da, lo segundo no suele ser un problema.

El caso es que no asistía a las reuniones y me sentía mal por no hacerlo. Doble ración de emoción negativa.

Decidí que, ya que me había demostrado que no iba asistir, al menos dejase de sentirme mal por no hacerlo.

 

He abandonado el deporte

El deporte ha ocupado un lugar importante entre mis prioridades gran parte de mi vida pero llevo casi tres años sin hacer prácticamente nada. Este 2018 ha sido, seguramente, el año que menos deporte he hecho.

Siento que el deporte aporta una mejora en la salud física y equilibrio en lo mental así que necesito encontrar algún deporte que pueda practicar a menudo y me divierta ya que me cuesta ser regular con los deportes solitarios como correr, salir en bici o ir al gimnasio.

Siempre he pensado en aprender a jugar a tenis. Tal vez este sea el año. 😀

 

Eso es todo, que tengas unas Felices Fiestas y que cumplas todos tus objetivos en este 2019 que se avecina.

¡Un abrazo y hasta pronto!

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