Emilio Duró es un optimista. Aunque no me atrevería a decir “nato”. Él se ha vuelto un optimista a voluntad y eso es aún mejor que nacer siéndolo.

 

Conocí a Emilio Duró y su charla sobre optimismo e ilusión gracias a mi amigo Xavi.
“Tienes que verlo, es una máquina es un genio, es un excitador de masas. Se llama Emilio Duró y te va a encantar. Es una mezcla de Punset y Buenafuente.”

 

Con esa carta de presentación no hizo falta conocer el currículum de Emilio Duró para ver el vídeo.
¿Cómo se hizo famoso? Según cuenta él, alguien grabó la conferencia sobre la felicidad que dio en el Congreso de comercio gallego, la subió a Youtube y se hizo viral. Y no me extraña.

 

¿Quién es Emilio Duró?

 

La biografía de Emilio Duró le define como un profesor y conferenciante que, según cuenta, dejó el ajetreado mundo de la empresa cuando tuvo un susto con Yoplait. Parece que ante una bajada de ventas de los yogures le dio un amago de infarto y de camino al hospital se dio cuenta que había que ser muy gilipollas para morir por algo así.

Lo dejó y empezó una nueva vida. Una en la que cambió la presión y el estrés por el optimismo y la ilusión.

Ahora, los vídeos de Emilio Duró son de los más visitados, sus frases sobre el optimismo se han hecho célebres y él da conferencias a lo largo de nuestro país, desde Barcelona a Madrid pasando por Sevilla, Zaragoza o Valencia.

Si eres de los que disfrutan con las charlas de motivación o con las frases de optimismo este artículo es para ti. Y si no, siempre es un buen día para empezar.
Hoy voy a analizar su conferencia. Porque fue una de las primeras conferencias de motivación que vi, porque me gustó mucho y porque creo que en esta vida hacen falta tipos como él.

Si eres una de esas raras personas que no sabe qué es el mediamarket, que no tienes cuenta de facebook o que no has visto la conferencia de Emilio Duró sobre el coeficiente de optimismo, aquí la tienes.

 

 

 

Hay dos tipos de conferencias, las que te atrapan y las que no.

La de Emilio Duró es de las primeras.

Así que si me lees desde el trabajo ten cuidado. Corres el riesgo de estar 90 minutos sin ser productivo.

Y es que tiene la duración de una película de cine pero pasa tan rápido como una buena tarde con los amigos.

¿Ya la has visto?

Genial.

Empieza el análisis de esta conferencia sobre la felicidad.

 

¿Qué hace bien Emilio Duró?

 

  • Empieza su conferencia en el atril pero a los cinco minutos se levanta. Eso elimina la barrera que había entre orador y audiencia y lo hace mucho más cercano. Además, Emilio Duró no se limita a quedarse delante de ellos sino que va caminando y acercándose a cada uno para hacerlo todavía más cercano. Hay veces que incluso se dirige a alguien del público directamente.

 

  • Para presentarse, usa una estructura similar a la del viaje del héroe  al decir que él era una persona de éxito y todo le iba bien hasta que un día la vida le puso en su sitio con un susto. Y entonces se planteó todo de manera distinta.
    La gente no quiere oír tus éxitos sino tus fracasos.

 

  • Es enérgico y contagioso.
    Ya, pero esa es su manera de ser Nacho. Eso se tiene o no se tiene.
    ¿Seguro?
    No sé cómo es Emilio Duró en su casa pero sé lo que veo en esta conferencia. Aquí hace varias cosas que te hacen percibirlo como enérgico: habla rápido,salta, cambia de tono, grita, camina lento, camina rápido, baja del escenario, se vuelve a subir a él, escribe en la pizarra, realiza gestos rápidos y directos, etc. Todo eso es lo que te transmite esa fuerza y esa energía. Y eso es replicable. Toma nota.

 

  • Usa el humor a menudo.
    Hay algunas frases de Emilio Duró que son enormes. Los primeros aplausos se los lleva relatando una anécdota sobre el éxito en la que demuestra que es cíclico y que, además, va en función de la edad.
    Usa la ironía cuando nos cuenta: “Estamos haciendo un mundo de mierdecillas. La gente me dice:
    -Es que llevo una semana saliendo a las ocho.
    -Hombre, un tío que sale a las ocho de la tarde con calefacción o aire acondicionado… lo mejor que puede hacer es suicidarse.”
    También lo usa improvisando. A la que percibe poca atención del público les pregunta:
    “¿Me seguís un poquito? ¡Que esto parece un tanatorio!”
    Es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la charla de Emilio Duró. No es fácil hacer que 100 personas se rían después de comer y él lo consigue varias veces. Bien hecho Emilio.

 

  • Usa varias metáforas para ejemplificar conceptos. Por ejemplo, para decir que de pequeños aprendemos mucho más que de adultos usa el símil con internet. Comenta que los niños tienen un cable de banda ancha enorme y los adultos uno muy fino. Metáforas power.

 

  • Además de las metáforas, usa multitud de historias personales para ilustrar o reforzar algunas ideas:
    -“Yo trabajaba en una auditoría y el presidente me dijo: Emilio, eres el que tienes más posibilidades de ser como yo. Y me fui.”
    – “El otro día estaba con el presidente de una gran multinacional y me dice: Emilio tengo ya 59 años.
    -Mañana te echan.“

 

  • Usa la regla de tres varias veces. Aquí un ejemplo que además incluye la anáfora de regalo.
    “En una generación hemos pasado de 7 millones de habitantes a más de 7.000 millones. En una sola generación hemos pasado de vivir máximo 25 años a casi 100 y en una generación hemos pasado de una tasa de muertes de niño del 80% a una que no llega ni al 1/10.000.”

 

  • Nombra varias veces a algún conferenciante que le ha precedido.
    Incluir sucesos acontecidos recientemente y que tu audiencia ha podido presenciar funciona bien por dos razones: la primera es que creas similitud con la audiencia al demostrar que, como ellos, eres un oyente y segundo añade espontaneidad a tu intervención al evidenciar que no está todo preparado.

 

  • Usa frases cortas e impactantes que condensan mucho conocimiento. Algunas son frases que provocan ilusión. Otras reflexión. Aquí las que más me han gustado:
    “Hemos hecho del mal humor una profesión. Si te ríes, parece que no trabajas.”
     “En las empresas hay zombis; gente que se murió a los 20 pero que enterrarán a los 90.”
    “El amor se va pero ella se queda”
     “No hay peor putada en la vida que que te vaya bien un trabajo que no te gusta.”
    “El mejor invento de la vida es la muerte que quita lo viejo para que venga lo joven.” Esta última tal vez te suene.

 

  • En un tramo de la conferencia, Emilio Duró, se abre emocionalmente y te cuenta una verdad incómoda: “Las conferencias se me dan muy bien. A la gente le gusta como hablo y me aplauden pero en cambio, en casa, no soy tan brillante. Estoy sacrificando mi vida por el éxito social. Y esto se paga.”
    Además, usa un tono más bajo de lo que es habitual en él lo que agrega coherencia y credibilidad.
    La apertura emocional, el abrirse y contar algo arriesgado delante de una audiencia desconocida es algo que genera emoción y es una de las mejores maneras de añadir pathos a tu conferencia.

 

Como ves, no es casual que su famosa conferencia de motivación en el foro de comercio gallego se hiciese viral. Hace bastantes cosas bien. 😉

Eso sí, como todos, siempre puede mejorar.

 

 

¿Qué podría haber hecho mejor Emilio Duró?

 

  • Una de las mejoras pasaría por evitar el uso de muletillas. Las muletillas son aquellas palabras que repetimos y que no aportan nada a nuestro mensaje. Si quieres saber cómo evitarlas mira esto.
    Emilio Duró abusa del ¿vale?, del ehh y del ¿me entendéis?
    Siendo sincero pienso que tiene su encanto y encaja con su personalidad y su tono pero también es cierto que evitarlas le haría subir un peldaño como orador.

 

  • Podría conseguir otra mejora sustancial variando su ritmo de habla. Emilio Duró habla rápido. Es innegable. Por lo que he visto de él diría que es su manera de comunicar y es congruente con su lenguaje no verbal. Midiendo su ritmo de habla veo que está cercano a las 180 palabras por minuto. Casi 30 palabras cada 10 segundos. Eso hace que sea difícil seguir su ritmo y fácil perderse partes de su discurso. Mi sugerencia sería bajar la velocidad de habla hasta las 120-150 palabras por minuto.

 

  • Da muchos datos estadísticos pero apenas menciona las fuentes. Aquí hay algunos:
    Reír aumenta un 25% la memoria.
    Los que ríen viven un 21% más que los que no ríen.
    El 97% de la gente no sabe por qué se levanta por las mañanas.
    Mencionar la revista, la universidad, el investigador o el año de publicación, aporta valor, seguridad y credibilidad a la cita que das.
    Cualquiera puede dar un dato estadístico pero si citas la fuente, lo envuelves de seriedad.

 

  • En algunos tramos de la conferencia, Emilio Duró mantiene una mano en el bolsillo mientras con la otra sujeta las gafas. Tener la mano en el bolsillo se suele asociar a timidez o pasividad. (aunque estarás de acuerdo conmigo en que no parece el caso)
    Un mejor uso de las manos pasaría por tenerlas descubiertas y con las palmas visibles el máximo tiempo posible.

 

  • Lanza varias preguntas al público para conseguir interacción. Las preguntas son geniales para reducir la distancia que existe entre el orador y la audiencia pero no sirve cualquier pregunta.
    Si yo pregunto: “¿Cuántos de los aquí presentes tienen un Ferrari?”. Muy pocos levantarán la mano. Y todo el que no la levante se sentirá separado de mí. Pensará: “Este tío no es de mi mundo. ¿Yo un Ferrari? Por favor…”
    En cambio, si yo pregunto: “¿Quién se ha comprado un coche alguna vez?” Es muy posible que consiga un sí de mucha más gente.
    En este sentido, Emilio Duró pregunta: “¿Cuántos de vosotros os levantáis cada vez con menos ilusión?”
    Aunque probablemente le suceda a muchos, es incómodo aceptar esa verdad en público. Por eso, solo una persona levanta la mano y no se genera sintonía con la audiencia. Para conseguirlo podría reformular la pregunta de otra manera:
    ¿A quién le gustaría levantarse con la misma ilusión con la que se levantaba con 20 años?
    Levantar la mano en este caso presupone que ya no tienes la misma ilusión que antes pero es una manera mucho más llevadera de aceptarlo.

 

  • El aspecto con más influencia es, quizás, el hilo argumental. Aunque gracias a su carisma es difícil que desconectes, a menudo me ha sobrevenido la sensación de falta de planificación. ¿Por qué? Por tres razones:

 

1. Existen varias repeticiones
Repite varias veces lo de: “hoy os voy a hablar del coeficiente de optimismo, ya lo veréis” , “Yo estudio a las personas que les sale todo bien” o “Hoy no tengo tiempo de contaros esto.”
Cuando repetimos mucho una idea de manera poco organizada, proyectamos la falta de preparación de nuestro discurso.

 

2.Abundan los rodeos y divagaciones
A menudo, Emilio Duró está explicando algo y salta directamente a otra idea. Eso hace que sea más fácil que nos perdamos el concepto anterior. Algunos ejemplos:
“Os voy a tratar de hacer reír porque…. El coeficiente de optimismo… el otro día leía una cosa que me encantó: la Nasa…”
“La primera: el físico. Hacerme deporte cuanto antes. A partir de los 35 años tomaros… por eso la genética… yo hay alguno de aquí que le veo la cara de atocinao….”
Cuánto más preparada tengas tu conferencia, menos tentaciones tiene tu mente de escaparse de lo que quieres contar.

 

3.Los mensajes no están del todo claros
Emilio Duró da cuantiosos mensajes durante la conferencia. Cerca de la mitad de su intervención dice: “Primer mensaje: si queréis tener éxito en la vida hacen falta varias premisas. La primera, el éxito está en el mantenimiento.”. Más adelante nos explica que: “La gente optimista rinde entre el 60% y el 100% más que la gente normal. Segundo mensaje: cargad el cerebro límbico.” Y esos son los dos únicos mensajes que enumera hasta que se acerca el final y decide hacer una recapitulación. Anuncia: “Primer mensaje, manteneos. Segundo mensaje: el intelectual: estudiad y leed. Tercer mensaje: el cerebro límbico: volved a cantar y a bailar. Cuarto mensaje: espiritual, este no tengo tiempo de contarlo.”
Segundos después vuelve a hacer una segunda recapitulación y esta vez va así: “Primer mensaje: manteneos. Segundo mensaje: acordaos de que tenéis tres cerebros. Tercer mensaje: la realidad no existe. “

Hay mucha variabilidad en los mensajes y eso puede ser fruto tanto de la falta de planificación como de la compresión de muchas ideas en poco tiempo. ¿Cómo lo podría mejorar?
Primero, decidir el o los mensajes que quiere dar y construir su conferencia alrededor. Una verdad que ayuda es: “Todo lo que no te acerca al mensaje te aleja de él.”
Segundo, escoger dos o tres ideas clave y desarrollarlas. Puede que el público tenga menos información pero la recordará mejor.

 

En otro post comentaba que a pesar de que Emilio Duró puede mejorar la técnica, si se convirtió en un fenómeno viral que le llevó a la tele con Buenafuete fue por algo.

Y ese algo es su manera de comunicar. Su energía. Su pasión.

Sea cuál sea tu estilo, tiene que estar por encima de lo que te cuenten los libros, los gurús de la comunicación o mi blog.

Tu estilo de comunicación, es único. Puedes pulirlo, puedes mejorarlo pero nunca debes venderlo.

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