¿Crees que acabar tu discurso, exposición o presentación con un:
-¡Muchas gracias, gracias por escuchar, ha sido un placer!
y mostrar una cara sonriente en un una diapositiva es una manera digna de acabar?
Deja de creerlo.
En este vídeo te doy 10 + 1 alternativas que van a disparar la calidad de tu exposición.
Por cierto, si lo de la diapositiva con la cara sonriente te sigue pareciendo buena idea, tienes que mirar esto.
Introducción
Hay muchas maneras de acabar una presentación o un discurso, pero la que nunca deberías hacer es esta:
“Bueno pues (mmm) esto ha sido todo, (eee) nada pues muchas gracias por haber escuchado, (eee) muchas gracias por haber asistido y pues si alguien tiene una pregunta…”
Acabar así debería ser ilegal, pero como no lo es hay gente que todavía lo hace, aunque sé que tú no piensas hacerlo y por eso estás viendo este vídeo.
En 10 segundos te voy a mostrar todas las técnicas. Antes si quieres en estos 7 segundos que quedan puedes hacer clic aquí para suscribirte y así no perderte nada. Y ahora sí, vamos allá.
Empezamos con esa lista y ya te aviso de que voy a dejar lo mejor de todo para el final, así que no te vayas sin acabar.
1. La pregunta retórica
La pregunta retórica es una pregunta que lanzas y sobre la cual no necesitas una respuesta activa del público, simplemente lo haces para iniciar un proceso de reflexión en ellos. Por ejemplo, en una presentación sobre el cambio climático:
“Hasta cuándo vamos a esperar para aplicar todos estos cambios”
2. Anáfora
La anáfora es un recurso retórico que consiste en repetir los mismos inicios en frases distintas. Como todo recurso retórico, como toda figura retórica, lo que hace es potenciar y embellecer el mensaje. En el mismo discurso sobre el cambio climático:
“¿Hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Hasta cuándo vamos a maltratar al planeta? ¿Hasta cuándo vamos a pensar solo en nosotros mismos?”
Un pequeño apunte, la anáfora como cierre funciona mejor cuanto más formal es la ocasión.
3. Descubrir el título
Es frecuente que en las ponencias, en los discursos e incluso en algunos trabajos el título sea lo primero que sepamos, la primera información que tengamos sobre esa exposición. Puede que lo veas cinco minutos antes, cuando te entregan la ficha o puede que lo vieses el día anterior si estuviste ojeando por internet los ponentes y viste cuál era el título de la charla de cada uno.
A menudo no estás pensando en ese título, pero de alguna manera se queda en tu subconsciente y así la próxima vez que lo escuchas, que es cuando el ponente va a dar la charla, se genera una sensación de reconocimiento, automáticamente lo reconoces, lo recuerdas y eso genera una sensación agradable.
La idea de esta estrategia es generar esa sensación, hacer que primero lean el título que no les diga demasiado, pero les genera algo de interés y luego al final lo descubrimos y es como si les diésemos la información que les faltaba. Siguiendo con el ejemplo del cambio climático, podríamos titular nuestra exposición como:
“El planeta eres tú”
El título tampoco es que sea muy claro sobre el tema de la charla o sobre la dirección que va a llevar la charla y pues genera algo de interés, ¿cómo que el planeta soy yo?… Bueno, a ver qué nos cuentan… Habla sobre el cambio climático, sobre lo que quieras y cuando llega el final dices algo así:
“Lo importante no es el agua, el reciclaje o la calidad del aire. Lo importante son tus actitudes y tus acciones, porque eso va a ser lo que haga que el aire, el agua o el suelo duren para siempre.Porque el planeta eres tú”
Un pequeño apunte si usas esta técnica, te sugiero que dejes el título para el final, primero prepara tu presentación, elige cómo vas a acabar, cuál va a ser el cierre y cuando lo tengas podrás escoger un título que encaje perfectamente y no tendrás que estar súper encorsetado durante todo el proceso de creación.
4. Call to action
El call to action o la llamada a la acción es el cierre ideal cuando lo que pretendes es que tu audiencia haga algo concreto. Por ejemplo, que se apunten a este curso o que dejen de comer carne o que inviertan en este fondo de inversión. Y es tan sencillo como verbalizar aquello que quieres que hagan. Si vas a aplicar esto te sugiero dos cosas: la primera que lo que digas sea específico y la segunda que añadas un beneficio. En lugar de decir:
“Invierte en nosotros”
Sería mejor decir:
“Invierte hoy 500 euros en acciones de tesla y en dos años se habrán convertido en 5000”
5. Reto aplicar lo visto
Muchas de las presentaciones, de los discursos o de las charlas, ponencias que se dan lo que buscan es generar un cambio en las personas quieren que dejen de hacer algo que están haciendo o quieren que empiecen a hacer algo nuevo que no están haciendo, por ejemplo los gurús del marketing lo que te animan es a tomar una serie de pasos a usar una serie de herramientas para conseguir algo, los gurús de la fotografía te enseñan cuáles son los mejores encuadres los mejores trucos para que salgas más favorecido en las fotos, los gurús de del fitness lo que hacen es darte esos consejos para que hagas aquello que no estabas haciendo y tengas un cuerpo sano el cierre del reto consiste en enlazar todo aquello que estás diciendo y retarles a que lo apliquen para conseguir ese cambio.
Hace poco hice un vídeo, creo recordar sobre, te lo dejaré por aquí arriba, sobre cómo hacer un videocurrículum espectacular y acababa diciendo algo tipo ahora vas a seguir estos siete pasos y a conseguir un currículum espectacular que te abra todas las puertas o vas a quedarte sentado y seguir quejándote de que es muy difícil encontrar trabajo o no dije eso no las he mirado al acabar.
6. Citas célebres
Las citas célebres son frases que encapsulan grandes conocimientos en muy pocas palabras y además tienen un efecto muy positivo que es que aumentan tu credibilidad, tu legitimidad es mucho mejor o le da mucha más validez a tu idea cuando la pones en palabras de alguien conocido que si la intentas vender tú mismo si mi exposición va sobre el minimalismo podría acabar diciendo como dijo Sant Antoine de Saint-Exupéry y la perfección no se consigue cuando ya no queda nada más que añadir sino cuando no queda nada más que eliminar.
7. Enigmas
Los enigmas son uno de mis recursos preferidos para la enseñanza y eso es porque cuando lanzas un enigma automáticamente la mente de los demás se pone a buscar las posibles soluciones y eso, pues genera mucho enganche, genera mucho interés y mantiene la atención. Para sacarle provecho a este fenómeno una idea podría ser plantear o iniciar planteando un enigma o una historia a la que le falte una parte y asegurarles que dentro de 10 minutos o de 20 minutos lo que dure la charla conocerán la respuesta final eso hará que mantengan la atención y que durante toda la charla estén pensando si pasará esto si pasará lo otro y al final cuando desveles ese enigma, pues ellos obtendrán la sensación de satisfacción que buscamos.
8. Frase de película
Hay frases de películas que se han hecho archiconocidas y es muy probable que tengas la edad que tengas tú conozcas alguna de ellas, “Que la fuerza te acompañe”, “Sayonara baby”, “Houston tenemos un problema”, “Elemental querido Watson” incluso, “Me encanta el olor del napalm por las mañanas”, esta tiene un punto más friki a ver si sabes de dónde viene.
En este cierre lo que haces es coger una de esas frases que son archiconocidas y adaptarla al tema o a la idea de la que estás hablando y así consigues, pues esa sensación de familiaridad y un punto de humor con esa adaptación.
Imagina que estás hablando sobre una dieta milagrosa que consiste únicamente en comer verduras, cuando llega al final podrías decir sé que ahora no lo pensáis, pero dentro de tres semanas estaréis diciendo me encanta el olor del apio por las mañanas o el brócoli te acompañe.
9. Resumen
Un clásico entre los clásicos y a pesar de estar tan visto lo incluido aquí porque su efectividad está más que demostrada, es adecuado cuando has enumerado una serie de cosas que por su longitud puede costar memorizarlas y entonces el hecho de resumirlas cuando llegas al final favorece la retención de tu mensaje la audiencia, es tan sencillo como decir cuando acabas o empiezas tu conclusión resumiendo: Punto 1 (…), Punto 2 (…), Punto 3 (…), y, así pues, consigues lo que te decía favorecer la retención y la memoria.
10. Cierre de ayuda visual
Dado que el 90% del contenido de nuestras charlas es verbal, todo lo que hagas que ataque a otro sentido que no sea el del oído, va a sorprender. Cuando hablamos de ayudas visuales casi todo el mundo piensa en PowerPoint o en Keynote o Prezi o software parecidos, pero eso no es todo, por cierto si usas PowerPoint en tus presentaciones, aquí te dejo un vídeo que te sugiero muy mucho ver que ha sido catalogado como el mejor tutorial del mundo en YouTube, ahí lo dejo.
Decía que PowerPoint no tiene por qué ser la única ayuda visual que utilices, de hecho recuerdo a uno de los ganadores del concurso mundial de oratoria que empezó su discurso comentando, pues lo difícil que era sentirse bien y sentirse querido cuando la vida, pues te daba golpes duros y mientras lo decía tenía una rosa a la que le iba quitando los pétalos y tirándolos a la basura y al final cuando acaba su enumeración, pues rompía el tallo y tiraba toda la rosa, luego más adelante en su charla comentaba, pues que tenías que hacer o como había hecho él para sentirse bien a pesar de esos golpes y cuando acababa volvía a la basura se agachaba cogía una rosa y aparecía en perfecto estado y pues cerraba diciendo que así es como deberíamos sentirnos todos, no hay límite para aplicar este tipo de cierre, pues podrías cerrar cogiendo una mochila poniéndotela y yéndote del escenario mientras dices que tú vas a empezar ahora tu aventura o podrías coger un billete quemarlo y recordarles que hay cosas valiosas que pueden desaparecer en segundos. Piensa un poco, practica y atrévete.
11. Cierre circular
Como te había prometido, el mejor para el final, si antes cuando estaba hablando del cierre de la rosa has pensado ostras qué chulo este cierre, es probable que no sea solo porque contenía una ayuda visual sino porque también era un cierre circular y el cierre circular consiste precisamente en retomar una idea, un acto o algo que hayan visto al principio de la presentación para usarlo de cierre y eso, pues genera una sensación de circularidad de buen acabado que es muy agradable.
Tú puedes aplicar el cierre circular en cualquier presentación que hagas realmente es bastante sencillo, pero como todo al principio se ve difícil y a medida que practicas ves que sí que es posible, pero para que no pases ese proceso de dificultad te voy a enseñar un truco sencillísimo y que te va a ayudar a aplicar el cierre circular desde el minuto 1.
El truco consiste en abrir con una estadística que esté relacionada con tu problema, luego narrar las posibles soluciones a ese problema o lo que sea y al final hacer referencia a cómo el hecho de hacer lo que estás diciendo va a afectar a que esa estadística cambie.
Te pongo un ejemplo:
“8 de cada 10 inversores en bolsa pierde dinero, hola a todos, soy Nacho Téllez y hoy os vengo a mostrar como no cometer ese error”.
Durante la charla, les hablo de cómo deben invertir, de que deben evitar, de que hace todo el mundo, pero está equivocado, de que harás tú para tener éxito, etcétera, etcétera, etcétera y cuando llega a mi final lo enlazó con lo que había dicho al principio.
Si todos los que estamos aquí hacemos lo que hemos visto hoy, el año que viene esa estadística dirá que 7 personas de 10 son las que pierden dinero en bolsa y además es muy probable que los 3 que ganan estén en esta sala.
Al principio del vídeo te comentaba que existen montones de maneras de acabar una presentación, un discurso, una ponencia y has visto que no mentía, ahora te toca a ti escoger cuál de todas las que hemos visto, vas a aplicar pero sobre todo atreverte y ponerte a ello, porque una cosa tengo clarísima no vas a preparar un gran cierre si no despegas el culo de esa silla.
Al concluir una presentación, es crucial evitar un final poco profesional y carente de impacto como «Bueno, pues esto ha sido todo, muchas gracias por escuchar…» Una conclusión así puede dejar una impresión negativa en tu audiencia. En lugar de eso, utiliza técnicas efectivas como la pregunta retórica, la anáfora, o descubrir el título al final para asegurar que tu mensaje resuene y sea memorable. Estas estrategias no solo embellecen tu discurso, sino que también refuerzan tu mensaje y mantienen el interés del público hasta el último momento. Aprender cómo acabar una presentación con fuerza y claridad es fundamental para dejar una huella duradera y asegurar que tu audiencia recuerde tu mensaje principal.
Si necesitas consejos o saber más sobre cómo acabar una presentación, no dudes en contactar conmigo y juntos pondremos la solución perfecta a tus dudas.
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