Te preguntas cómo preparar un discurso, pero no tienes respuesta.
¿Lo malo? Que ya ha llegado ese momento. Puede que se deba a un evento con amigos, una circunstancia familiar o un trabajo en la escuela, pero la exigencia es la misma: debes preparar un discurso y no tienes escapatoria.
Te asaltan las dudas. ¿De qué hablo? ¿Qué digo? ¿Cómo lo digo? ¿Tiene que ser un discurso emotivo? ¿Tiene que ser un discurso motivador? ¿Tiene que ser como los discursos de las películas?
Sea lo que sea lo que tienes que decir, el sistema que te voy a enseñar en este vídeo te servirá. Es un esqueleto que puede albergar cualquier tipo de discurso: cortos, largos, serios, divertidos, para adultos, para niños… Úsalo, y no solo conseguirás tu objetivo rápido, sino que dejarás a la gente con ganas de más.
Introducción
Puedes necesitar un discurso para presentar un trabajo, para motivar a tu equipo o para aceptar un premio, y aunque son situaciones muy distintas, existe una fórmula que puedes aplicar en todas ellas y que funcionará y en este vídeo te lo voy a enseñar.
El método se divide en tres sencillas partes, el primero es la apertura, el segundo es el cuerpo con una división de tres puntos y el tercero es el cierre.
Para ponerte ejemplos y que lo puedas ver todo de una forma más clara, pero sobre todo más práctica, vamos a imaginar que tengo que dar un discurso en un instituto para ayudar a los chicos que están a punto de graduarse a escoger la mejor carrera para ellos.
1. La apertura
La apertura son las primeras palabras que dices, tu primera frase, lo primero que tu boca emite y si no te lo preparas dirás algo intrascendente:
“Hola buenos días a todos, gracias por venir, estoy muy contento, voy a intentar ser breve, aunque hay mucho, mucho material que cubrir, así que bueno, sin más dilación, vamos allá, venga”.
¡Ahórratelo! Eso no aporta nada, en su defecto, te sugiero que uses alguna de las tres aperturas que te enseñé en este vídeo, si no lo has visto puedes hacer clic en el enlace, y escoges la que más te guste, pero yo para este ejemplo voy a abrir con una historia personal.
Hace no tanto tiempo, yo también tenía 17 años y recuerdo que en ese momento no sabía qué hacer, no sabía qué estudiar ni dónde hacerlo, no sabía si tenía que hacer caso a mis padres o fiarme de mí mismo, no sabía si escoger algo que me gustase o algo que me asegurase un buen sueldo en el futuro. Y al final escogí la facultad a la que se apuntaron mis amigos. Me equivoqué. Hola, soy Nacho Téllez y hoy no vengo a convenceros de nada, lo único que quiero es daros información para que podáis tomar la mejor decisión posible y no tengáis que perder dos años, como me pasó a mí.
2. Escoge solo tres ideas
El peor error que puedes cometer cuando preparas un discurso es querer hablar de demasiadas cosas, tienes la sensación de que todo es importante, pero no es así tu trabajo es seleccionar, sintetizar, escoger lo más importante entre todo, una frase siempre será mejor que un párrafo entero, una palabra mejor que una frase, la mejor estrategia para practicar el arte de sintetizar es autolimitarte a hablar de tres puntos.
Escoge tres ideas, tres puntos, tres argumentos y cíñete a ellos, no hables de nada más, tendrás la sensación de que te estás dejando algo, sí, tendrás la sensación de que falta información, sí, pero la audiencia no, y lo importante son ellos, no tú.
¿Cómo escogemos esas tres ideas? Primero enumera todas aquellas cosas de las que podrías hablar, sigue el ejemplo anterior, estas son unas ideas de las que yo podría hablar en ese supuesto discurso: cercanía de la universidad, facilidad de transporte, prestigio de la universidad, precio de la matrícula, facilidad para conseguir becas, facilidad para superar la carrera, el número de conocidos que tendré allí, la afinidad con el plan de estudios, la valoración de los profesionales con esa titulación, el sueldo medio que se recibe al graduarse, la calidad de la bolsa de trabajo, facilidad para encontrar trabajo, el profesorado, el precio de alquiler de los precios cercanos y lo dejo aquí porque podría enumerar 20 más.
Ahora eliminó los que me parecen menos importantes hasta quedarme solo con tres y esas serán las tres ideas clave, en este caso me quedaría con el prestigio de la universidad, tu afinidad con el plan de estudios, es decir, si te gusta eso que vas a estudiar y la facilidad para encontrar un trabajo una vez te gradúes.
Ahora las ordenaría de menor a mayor importancia para generar clímax en la narrativa y ya estaría listo para hablar de ellas, una vez haya acabado mi apertura.
Tomar esa decisión parece difícil y no os engañaré lo es, pero lo será menos si tenéis en cuenta las tres variables de las que os voy a hablar hoy, lo primero, la facilidad que tienen los graduados de encontrar trabajo una vez acaban la carrera, la segunda, el prestigio de esa universidad y la tercera, cuánto te gusta esa carrera.
Al final ya veréis que esta última es la más importante. Pero empecemos por el principio, porque me imagino que todos estáis pensando en estudiar para que el día de mañana tengáis un buen trabajo, ¿verdad? Pues dejar que os diga una cosa, y aquí continuaría con el desarrollo de la idea 1, el desarrollo de la idea 2 y el desarrollo de la idea 3.
3. El cierre
Para acabar, debería preparar una conclusión y un cierre, el cierre será lo último que digas la última parte de la conclusión, si no te lo preparas dirás algo así.
“Bueno, pues esto era todo lo que tenía que decir ya estamos y bueno, si alguien tiene alguna pregunta ahora es el momento. ¿No? Bueno, pues nada, muchas gracias”.
Esta manera de acabar ni es sorprendente ni refuerza tu punto ni ayuda a la audiencia a tomar una decisión, si quieres aprender cómo puedes acabar ese discurso, aquí te dejo un enlace en el que verás tres estrategias, pero en este vídeo solo te voy a dar una y es el cierre circular.
El cierre circular consiste en acabar retomando una idea que hayas usado al principio de tu discurso:
“Hace 20 años, mi falta de información, mi propia ignorancia me hizo tomar una decisión errónea y hoy os puedo decir que esa decisión me costó dos años, espero que con lo que os he contado hoy os podáis ahorrar ese error y aprovechéis estos años de vida mucho mejor de lo que yo lo hice”.
¿Con qué te tienes que quedar de este vídeo? Con la estructura, quédate con la estructura, una apertura, el cuerpo en tres partes, tres ideas, y el cierre, nada más es muy sencillo. Si lo aplicas da igual, si tienes que presentar un trabajo, si tienes que motivar a tu equipo o si vas a recoger un premio, el resultado serán aplausos y un aumento espectacular de tu prestigio. ¿Qué? ¿Cuándo empiezas?
Si necesitas que te eche una mano y te ayude a preparar un discurso en cinco minutos, no dudes en contactar conmigo o consigue ya mi libro “Cómo perder el miedo a hablar en público y demostrarles lo que vales”