Cuando te dan un premio, ganas un trofeo o te condecoran con algún galardón, necesitarás dar un discurso de agradecimiento. Incluso puedes necesitarlo en una boda. Este discurso debe ser corto pero intenso y, si no lo tienes preparado, es probable que no salga bien.
En este vídeo te indico cómo puedes preparar esas palabras de agradecimiento en dos sencillos pasos. Da igual si es una boda, una graduación o en evento. Sigue las sugerencias y lograrás que esa ocasión especial quede grabada en la mente de los asistentes.
Te han dado un premio, un reconocimiento, o te han ofrecido un cargo importante, puede que necesites hacer un discurso de agradecimiento, y por eso estás viendo este vídeo. Si no es así, no te preocupes, la vida es larga y puede que te toque en un futuro. En este vídeo verás cómo preparar ese discurso y lograr que tu audiencia te ofrezca un aplauso sincero al acabar. Un gran discurso de agradecimiento tiene dos partes. La primera es el agradecimiento, Un gran discurso de agradecimiento tiene dos partes, la primera es el agradecimiento, oh, qué listo eres, Nacho, bravo, y la segunda es el mensaje.
1. Agradecimiento
Es poco probable que ahora mismo estés donde estás únicamente gracias a ti, seguro que hay alguien que ha influido o que te ha ayudado a conseguir ese logro, pueden ser tus padres, tu pareja, tus amigos, tu profesor, tu mentor o tu cirujano plástico, no lo sé, pero seguro que hay alguien. Y de bien nacidos es ser agradecidos, así que no tengas problema en agradecérselo. Cuando lo hagas, no te limites a un agradecimiento genérico.
Juan, quería agradecerte mucho tu ayuda, ¡NO! Los agradecimientos suenan más sinceros y más potentes cuando los haces específicos. Muchas gracias, Juan, por pasarte una semana entera sin dormir revisando mi primer borrador. Prometo avisarte con algo más de tiempo la próxima vez. Sé específico, dile al otro por qué le estás agradeciendo su ayuda.
Un detalle sobre el agradecimiento, es probable que haya más de una persona, de dos y de tres, que hayan influido en esa consecución del objetivo. Mi sugerencia es que no agradezcas a más de tres personas en tu discurso, porque, de lo contrario, puedes convertir el discurso en algo poco dinámico, muy monótono, y acabar aburriendo al personal.
Un truco para poder englobar a muchas personas sin hacerlo demasiado extenso es agruparlas. Por ejemplo, en vez de agradecer a tu padre y a tu madre, pues a tus padres, en vez de agradecer a Juan, a Pedro, a Michael y a Ana y a María, pues a mis amigos de la universidad, o puedo agradecer a los compañeros del trabajo o a mis profesores, ¿de acuerdo? Hacer un grupo te ayudará a englobar a muchas personas. Agradecer está muy bien, pero para marcar la diferencia necesitas transmitir algo más, necesitas transmitir un mensaje, una idea, un valor, un aprendizaje.
2. Mensaje
En su discurso de aceptación del Óscar, Leonardo DiCaprio acaba haciendo referencia a la dificultad o las dificultades que encontraron para buscar escenarios con nieve, y enlaza esa dificultad con el calentamiento global, para decir que este es un problema que nos urge, que nos incumbe a todos y que hay que actuar rápido.
Joaquin Phoenix hace algo parecido en su discurso de aceptación por el Óscar de la película “Joker”, y dice que hay que preocuparse por la justicia y resolver todas las desigualdades que tenemos en el mundo. Ambos hicieron una apuesta segura. Los temas políticamente correctos te aseguran, pues, que estás jugando en una zona sin riesgo, en una zona verde, y que recibirás cierto nivel de aceptación, normalmente un nivel alto. Si quieres jugar a eso, adelante, pero yo creo que también corres el riesgo de que parezca un recurso fácil, algo cliché y poco auténtico.
Si quieres sonar más auténtico y más real, si quieres ser más tú, te sugiero un truco muy sencillo. Pregúntate, ¿qué aprendiste de la persona a la que antes has nombrado? ¿Qué he aprendido de esa persona? Luego, habla de cómo aprendiste eso y qué influencia ha tenido en tu vida.
Por ejemplo, si antes agradeciste a tu madre por el sacrificio que hizo al educarte, puedes contar cómo se levantó durante tres años seguidos a las cinco de la mañana para llevarte a clases de piano, y cómo ese sacrificio, ese valor del sacrificio ha influido en tu vida. La idea es eso, es encontrar un valor, una característica que aprendiste de alguien, y contar cómo la aprendiste y luego cómo influyó más tarde en tu vida.
Si tuviese que dar un discurso de agradecimiento por haber recibido un Pulitzer, podría decir algo así:
“Gracias a Carlos, que ha sido mi compañero de redacción en estos últimos cinco años, te lo digo de lunes a viernes, y hoy no va a ser una excepción, Carlos, aprendo mucho de ti. Tu meticulosidad es un espejo en el que me miro cada día para ser un mejor escritor. Gracias a mi mujer, me entiendes, me aguantas y a tu lado soy una mejor persona, y además llevas el vestido más bonito de toda la gala. Cuando era un adolescente pasé mucho tiempo preocupado porque no sabía qué hacer. Llegué a la universidad sin saber si esa era la decisión correcta y salí de ella pensando exactamente lo mismo.
Desesperado, le pedí consejo a mi profesor favorito, Luis, no sé qué hacer, tengo miedo de equivocarme al escoger, o tengo miedo incluso de haberme equivocado ya. Me miró, me tocó el hombro y me dijo, tranquilo Nacho, yo tampoco sé lo que hacer. De momento soy profesor y eso me gusta. Cuando eso cambie buscar otra cosa. Ver que uno de mis ídolos de juventud tampoco sabía qué hacer, me alivió mucho más que cualquier libro, cualquier charla o cualquier discurso que hubiese visto.
Sé que ahí fuera, hay miles de jóvenes que se comen la cabeza cada día pensando en qué escoger, en qué estudiar, en qué trabajar, no os preocupéis. Seguid a vuestra curiosidad, tomad una decisión sin pensar que esa elección es la elección. Prácticamente, nadie sabe qué quiere hacer, ni siquiera cuando cumple cuarenta. Además, hoy en día nadie se pasa toda la vida haciendo lo mismo, siempre estás a tiempo de cambiar. Yo me metí en la escritura, no porque fuese mi pasión o porque la amase, me metí porque despertaba mi curiosidad, y fue mi curiosidad lo que me trajo a recoger este premio.
Me preguntasen cuál es mi pasión, diría que no tengo ninguna, que simplemente sigo mi curiosidad, eso me ha llevado a ser escritor. De momento, me gusta, cuando eso cambie, buscaré otra cosa.”
3. Últimas consideraciones
No menosprecies el premio para añadir humor a tu discurso. Puede que a otros participantes y finalistas de ese certamen que están en la sala le siente fatal porque ellos sí que lo valoran, puede incluso que le siente mal a los organizadores porque perciben que tú mismo no lo valoras. Si quieres añadir humor, que no sea con eso.
Si estás recibiendo un premio y conoces a alguno de los finalistas y piensas que ha hecho un gran trabajo o que lo ha hecho, incluso mejor que tú, reconócelo, de nuevo, sé específico. No digas Sandra, sé que tú también lo has hecho muy bien, no, dinos por qué piensas que Sandra lo ha hecho muy bien.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno, hazlo corto. Tu discurso de agradecimiento no debería durar más de dos, tres minutos, eso te deja unas cuatrocientas palabras más o menos, no pases de ahí. Por último, práctica, práctica, práctica, practica más.
Si no necesitas leer un papel cuando sales a dar tu discurso de agradecimiento, suenas mucho más auténtico y mucho más real, y si no eres capaz de memorizar un discurso de dos minutos, come nueces y vuelve a ver este vídeo.
Si necesitas saber más sobre como realizar un discurso de agradecimiento, no dudes en contactar conmigo y conseguiremos que realices un discurso de 10. Si quieres conocer más consigue ya mi libro “Cómo perder el miedo a hablar en público y demostrarles lo que vales”