Si quieres hacer el mejor discurso de la historia repasa la historia de los discursos.

Suena bien, ¿verdad?

Si te preguntas cómo crear frases impactantes y ser recordado al hablar en público, una de ellas es utilizar figuras literarias. Las figuras literarias son formas no habituales de usar las palabras para hacer que éstas destaquen.

Es exprimir la oratoria para obtener un zumo que capte la atención del público. Un zumo que todo el mundo quiera comprar.

 

El retruécano

Una de mis preferidas es el retruécano. La RAE lo define así  aunque yo optaría por una definición de retruécano más sencilla.: “Invertir el orden de las palabras de la frase anterior para conseguir dos frases contrapuestas.”

Puede que también hayas oído esta figura como quiasmo o antimetábola. Aunque académicamente no es lo mismo, en la práctica son fórmulas muy parecidas. Si lo que estás buscando es cómo hacer que tu discurso suene mejor usando frases bonitas esta distinción es lo de menos. Conmutación, quiasmo o antimetábola vienen a ser lo mismo: palabras raras que definen una figura retórica que te ayudará a crear frases de impacto. Trucos para hablar público, vaya.

 

Ejemplos de retruécano

Un primer ejemplo podría ser una de las frases célebres de Ghandi:
 

“Debemos vivir simplemente para que otros puedan simplemente vivir.

 

¿Cómo te sientes al leerla? ¿Inspirado?

También me puedo poner más sentimental:
 

Si no puedes estar con la persona a la que amas, ama a la persona con la que estás.”
 

Hay cientos de ejemplos. En general, son frases cortas, fáciles de recordar y que parecen encerrar un significado profundo. Frases filosóficas les llaman algunos.

 

  • ¿Vives para trabajar o trabajas para vivir?
  • Muchos vivos merecen la muerte y muchos muertos merecen la vida.
  • No dejamos de reír cuando nos volvemos viejos sino que nos volvemos viejos cuando dejamos de reír.

 

Si eres un fan de la oratoria puedes incluso fardar de retórica.

 

Un profesor me dijo en la universidad: “Tu trabajo es bueno y original; pero la parte que es buena no es original y la parte que es original no es buena”.

Y me suspendió.

 

¿Qué efectos tienen estas palabras?

Usar el retruécano tiene, al menos, tres efectos positivos en tu discurso.

 

Primero, hace que lo que dices sea más fácil de recordar.
Lo que nos resulta impactante y diferente tiene más probabilidades de quedar grabado en nuestra memoria.

¿Si hoy te cruzaras con un Seat Ibiza blanco y un Ferrari amarillo cuál crees que recordarías mañana?

De manera análoga, el uso poco habitual del retruécano aumenta las probabilidades de llamar la atención de tu audiencia y ser recordado.

 

Segundo, le añade profundidad a la frase.
Cuando lees una frase así tu mente le asigna mayor credibilidad que al leer una redactada de forma más corriente.

Tal vez sea porque, al leerla, uno cree que es un proverbio, una frase de algún famoso o una cita célebre que ha sobrevivido a lo largo del tiempo por su verdad inherente.

Estas frases célebres hacen que nos sintamos atraídos hacia ellas y que las cuestionemos menos que las que están construidas con una estructura normal. Y si no te lo crees, compara:

Somos seres espirituales teniendo una experiencia humana.

Vs.

No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Somos seres espirituales teniendo una experiencia humana.

 

And the winner is… decide tú.

 

Tercero, aumenta tu credibilidad como orador.
Este efecto deriva del anterior. Cuando un orador está exponiendo algo que la audiencia percibe como cierto gana credibilidad y esta credibilidad es uno de los tres pilares de los grandes discursos.

¿Qué piensas de ese político que sabes que miente cuando habla?

Yo también.

¿Te imaginas qué sentirías si oyeses a uno que sabes que dice la verdad?

Le asignamos más valor tanto al orador como al discurso cuando percibimos que lo que se dice es cierto.

 

¿Cuándo usar estas frases épicas?

Como otras figuras retóricas, el retruécano se puede usar en cualquier parte de la presentación pero si has creado una frase impactante los dos lugares dónde más va a impactar son en la apertura y en el cierre de tu discurso.

Incluso puedes ponerlo en ambas.

 

Imagina un discurso en el que debas hablar sobre nutrición.

Podrías preparar una apertura con una pregunta que genere reflexión:

 

¿Somos lo que comemos o comemos lo que somos?

 

Como introducción podrías argumentar ambas posturas. La primera defiende que lo que comemos tiene un alto impacto en cómo somos. Tan alto que llega a afectar incluso a nuestra identidad. La segunda serviría para argumentar que todos estamos hechos de lo mismo y que, cuando comemos animales, quizás estemos comiéndonos una parte de nosotros mismos.

En cualquier caso, sería un recurso retórico que podría crear controversia y llamar la atención de tu público que es lo que estás buscando.

A continuación, desarrollarías los distintos puntos de tu presentación. Uno de ellos podría llamar a la reflexión sobre la evolución que ha tenido la alimentación en la humanidad. Hace miles de años era un bien necesario para la subsistencia aunque difícil de conseguir mientras que hoy se usa más como instrumento de placer y existe sobreproducción

Para finalizar, presentarías tu conclusión y podrías cerrar con esta frase.

 

Porque no vivimos para comer sino que comemos para vivir.

 

Dos frases impactantes: una al principio y otra al final de tu discurso. La primera asegura atención, la segunda ser memorable.

 

¿Esto es frecuente?

Sí, el retruécano es un recurso muy frecuente y más en aquellos medios en los que se dispone de poco tiempo o espacio para llamar la atención de tu público. Anuncios, logos, twitter… son fuentes constantes de esta figura retórica.

El fin de semana pasado entré a tomarme un zumo en un una cafetería. Cuando fui a pagar vi esto:

 

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“Para el mundo puede que seas una persona pero para una persona puede que seas el mundo.”

 

Retruécanos everywhere.

 

Seguro que si hoy te fijas bien en todos los mensajes que recibes, percibirás alguno similar.

Si te empieza a gustar, piensa en crear tus propios retruécanos para tus presentaciones o discursos.

-¿Cómo, yo?

-Sí, tú.

Es fácil. Para ayudarte te daré un par de sugerencias prestadas de Andrew Lugan.

 

Cómo crear tus propios retruécanos

 

1-Dale la vuelta a las relaciones

Las personas tenemos distintas relaciones con el resto del mundo. Yo tengo un hermano, un padre, una madre, una mujer, una hija, varios profesores y algunos amigos entre otros.
Con cada uno tengo una relación distinta. Si las escribo y luego les doy la vuelta pueden salir frases interesantes. Por ejemplo:

“Quiero a mi hija con locura y cuando la miro pienso que sería una locura no quererla.”

 

2- Invierte las relaciones de causa-efecto

A menudo, como Merovingio, suponemos que toda causa tiene su efecto pero, a veces, el efecto puede ser la causa.

Por ejemplo, yo siempre abro la puerta de mi bloque cuando alguien llama. Soy una persona confiada. Y de esa relación de causalidad podría decir que abro la puerta porque llaman al timbre pero ¿puede que en realidad sea al revés? Veámoslo.

 

“No abro la puerta porque llamen al timbre sino que llaman al timbre porque saben que abro la puerta.“

 

Resulta que también tiene su lógica.

 

 

Si quieres usar este recurso para preparar textos impactantes, hazlo. Prueba y practica. Se trata de dedicarle cinco minutos a jugar con el lenguaje en busca de estructuras que te permitan crear frases importantes. Cuanto más  practiques mejor serás. Quién sabe, tal vez estés a un paso de crear frases históricas ¿Te atreves?

Si me contactas te ayudaré a lograrlo y si lo logras tú solo, ¡contáctame!

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