Charles Chaplin dijo una vez: “Un día sin sonreír es un día perdido”. Y cuánta razón tenía.
El humor provoca la sonrisa, la sonrisa antecede a la risa, la risa a la carcajada y si ésta existe mejora todo lo que alcanza.
Date un minuto para recordar alguno de los mejores momentos que hayas vivido: piensa en esa reunión con amigos, aquella cena de cumpleaños o ese momento en el sofá con tu bebé en brazos. Apuesto a que en alguno de ellas había risas.
Reírnos tiene muchos efectos como demuestran algunas publicaciones. Pero si tuviese que escoger algo bueno del humor me centraría en los beneficios que provoca en la salud reduciendo los índices de ansiedad y depresión. ¿No está bien eso ya? ¡Reírse como solución a tus problemas! Y sin costes, ni copagos ni nada. Lo malo es que cuando algo es tan bueno pero es gratuito, no lo valoramos.
Hay otros estudios, más curiosos pero igual de interesantes, que señalan la incidencia positiva que tiene en el recuerdo y el aprendizaje. Parece ser que recuerdas durante más tiempo y aprendes mejor un material si éste tiene una carga de humor y te hacer reír, que si el material es neutro. Por lo tanto, si en tu presentación pretendes enseñar algo y aspiras a que lo recuerden, usar humor puede ser una buena estrategia.
Hablar de humor y citar como fuentes experimentos y estudios puede parecer una broma pero la verdad es que hay gente que se lo toma muy en serio y gracias a ellos se crean entidades como la Sociedad Internacional para el Estudio del humor. Esta gente estudia por qué te ríes, cuándo lo haces y cómo te afecta, entre otras cosas. Si algún día descubren qué es lo que hace reír, por qué y cómo afecta a tu sistema nervioso la falta o el exceso de sentido del humor, algunos estaremos ansiosos por conocer los resultados. Una pena que Chaplin no esté allí para verlo.
Y ya que nos ponemos profesionales, hablemos de cómo se ve el humor en el mundo laboral.
Algunas encuestas demuestran que muchos ejecutivos le dan una importancia considerable al humor a nivel profesional. Una entrevista de Robert Half International pone de manifiesto que el 91% de los ejecutivos creen que un buen sentido del humor afecta positivamente al progreso en la carrera mientras que un 84% de los encuestados creen que las personas con buen sentido del humor tienen mejores puestos de trabajo. En otro estudio de Bell Leadership Institute, encontraron que los dos rasgos más deseables en un líder por parte de sus subordinados eran la ética y el sentido del humor.
Buen humor everywhere.
En el mundo del cine y de la televisión siempre encontramos buenas tendencias de lo que funciona y lo que no y no es un mundo ajeno al humor.
¿Por qué crees que una compañía que factura millones y millones de dólares incluye humor un sus anuncios?
Porque funciona.
Los anuncios más caros del mundo suelen ser los de la Superbowl. ¿Sabes lo que cuestan? 4 millones de dólares los de 30 segundos. 8 millones los de 1 minuto. Aquí sí que tiene sentido saber contar algo rápido ¿no?
Pues resulta que entre esos anuncios puedes encontrar cosas como ésta o como ésta otra.
Vale, el humor me cura las enfermedades, me hace recordar mejor, está bien visto en el mundo laboral y hasta las grandes empresas lo usan en sus promociones. Me has convencido. ¡Dame un poco, por favor!
A eso vamos.
Ya sabemos lo bueno que es, ahora veamos cómo lo conseguimos.
Cómo añadir humor en tu presentación
¿Te has preguntado alguna vez cómo añadir humor en tu presentación?
El humor es una de las herramientas más potentes que puedes usar como orador. Genera conexión inmediata con el público y hace que éste te preste atención, algo difícil en un mundo repleto de smartphones.
Hay diversas maneras de construir humor. Como para casi todo, hay libros dedicados a ello. Si no estás familiarizado con él, te sugiero que vayas a asegurar. Si todo lo que te he contado de bueno acerca del humor es cierto, no es menos cierto que puede tener efectos adversos si lo intentas y no lo consigues.
Intentar hacer reír y no conseguirlo destruye la credibilidad del orador y genera un sentimiento de rechazo en la audiencia. Lo sé, no solo porque lo he visto muchas veces sino porque lo he vivido en mis carnes.
Entonces, ¿cómo añadir humor en tu presentación de manera segura?
En este corto vídeo te muestro tres estrategias para conseguirlo.
Si estás en el trabajo y no puedes abrir un vídeo ahora mismo o si no tienes reproductor de sonido, no te preocupes más abajo encontrarás la transcripción. Pero no te olvides de ver el vídeo en cuanto estés a solas con tu Smartphone.
¿Quieres añadir humor en tu presentación y no sabes cómo hacerlo?
Hoy te voy a presentar tres técnicas para incluir humor en tus discursos.
Usar humor es una buena estrategia porque ayuda a que tu audiencia se relaje y además les predispone no solo a escucharte sino a aceptar tu mensaje.
Si eres de los que crees que con el humor se nace o no hay nada que hacer, te diré que yo no estoy de acuerdo. Como en muchas otras cosas de la vida, una parte es talento pero el resto entrenamiento.
Así que, ¡vamos a entrenarnos!
La primera sugerencia para añadir humor a tus presentaciones es usar bromas auto descalificativas. Las bromas auto-descalificativas son aquellas en las que te ríes de ti mismo. A todo el mundo le gusta reírse, pero si es de otro, ¡todavía mejor!
A los hombres nos encanta tenerlo todo grande, por desgracia, lo único que yo tengo grande, es la nariz.
Puedes reírte de tu físico, de tu mente, de tu país, incluso de tu pueblo si quieres. Cualquier cosa sirve porque cuando uno se ríe de sí mismo, proyecta humildad y genera aceptación con el público.
La segunda sugerencia es jugar con lo inesperado.
Nos gusta lo inesperado, lo imprevisto. Parece que cuando oímos o vemos algo que no nos esperábamos, nuestro cerebro lo agradece
¿Y cómo lo conseguimos?
Guiando a la audiencia hacia un lugar y luego diciendo una cosa totalmente inesperada.
Mi madre siempre fue muy cariñosa conmigo, lo que más admiré de ella fue su capacidad para…. Gritar con mala leche mi nombre.
Y aún funciona mejor si usamos una regla de tres. Juntamos dos ideas, las ponemos una detrás de otra y cuando digamos la tercera será todavía más inesperado.
Mis animales preferidos son: el caballo, el elefante y mi suegra.
La tercera sugerencia es el llamado callback.
El callback se basa en hacer referencia a algo que ya hayas dicho antes, a poder ser algo con lo que ya se hayan reído.
Y aquí tengo que dejar este tutorial, porque solo hago videos cortos, pequeñitos. Ya os lo había comentado antes, todo lo que yo tengo es pequeño.
Cojo la broma del principio, la recupero y comento algo sobre ella.
La próxima vez que quieras añadir humor a tu presentación cuentas con tres maneras nuevas para lograrlo.
Recuerda: bromas autodescalificativas, lo inesperado y el callback. ¿Te va a atrever a probarlo?
Si este vídeo te pareció útil, suscríbete al canal clicando en el botón rojo que verás abajo a la derecha y si quieres aprender a hablar en público de forma totalmente gratuita, suscríbete a la newsletter y te mandaré el curso. Nos vemos en el próximo vídeo.
Hola Nacho, tus consejos me vienen como anillo al dedo. Siempre he pensado que añadir un poco de broma en mis charlas o cursos estaría bien, a veces he ensayado alguna cosa, y después no la he utilizado. Tus 3 recursos me han inspirado para ponerlo en práctica ¡ya! Muchas gracias!!
Hola Montserrat,
Me alegro de que te sirvan pero más aún de que hayas decidido ponerlo en práctica.
Cuando lo hayas probado, me encantaría que te pasases por aquí para contarnos qué tal te ha ido. 😉
Excelente, gracias por tan buenas estrategias. Estoy preparando una ponencia y tenía dudas si sería apropiado comenzar con algo de humor, con esta «clase» duda despejada. Gracias.
Claro que sí. A por ellos!
Hace poco, una clienta que daba un discurso para celebrar el 60º aniversario de una organización empezó diciendo: «Ya que celebramos el 60º aniversario había pensado en contarles 60 historias pero tuve piedad de ustedes y solo les contaré 3».
Le funcionó bien. 🙂
Hola, Nacho,
Tres buenas estrategias, desde luego. He usado la auto-descalificación en más de una ocasión, refiriéndome a mi nombre, por ejemplo:
«Soy Juanjo Fernández. Me recordaréis fácilmente por mi apellido exótico, aunque hay unos cuantos Juanjo Fernández por ahí (podéis comprobarlo en Google): un periodista, un gaitero, un videoartista (más conocido por su nombre de guerra Gnomalab) y un modelo… que es con quién me confunden más a menudo.»
O, si he tenido dificultades con la localización:
«Soy muy malo orientándome. Así que no sólo estoy contento de haber venido sino, sobre todo, ¡de haber llegado!»
De todas maneras, hay algo misterioso en el humor: a veces hay «punchlines» que has pensado, has pulido… y no funcionan. Y en cambio hay frases que tocan un resorte oculto y… paf! La gente se ríe. Me pasó hablando sobre los niños, que son nativos digitales, pero no expertos digitales, y comentando que los adultos tenemos otros recursos:
«Cuando vi en Google que al lado de la cajita ponía «Búsqueda avanzada» pinché allí, pensando «A ver si avanzo en la búsqueda..!»
No tiene puñetera gracia, pero la gente se ríe. ¡Misterio!
Sigamos charlando con buen humor: ¡la sonrisa es la goma de borrar preocupaciones!
Hola Juanjo,
Gracias por tu enriquecedor comentario.
¡Muy buenas las bromas que comentas! Me has arrancado una sonrisa mientras leía. 🙂
Respecto a la primera diría que puede ser una mezcla de de auto-descalificación y sorpresa o incoherencia; nadie consideraría Fernández como exótico y ahí radica parte de la gracia, es inesperado.
Suscribo al 100% lo que comentas del humor, tiene algo de misterioso y a menudo me pasa lo mismo. Ante una broma que yo considero floja, la audiencia se ríe y cuando suelto la, supuestamente, más trabajada e inteligente… se oye un carraspeo desde la última fila. Cuando esto sucede a veces digo: «tranquilos, esta era difícil, la pillaréis de camino a casa»
Si te interesa el tema, te sugiero un documental de Jerry Seinfeld (Comedian). En él, habla de cómo prepara un show y deja entrever algunos trucos, clichés y maldiciones del oficio. Es sorprendente la humildad con la que trabaja teniendo en cuenta que durante mucho tiempo fue el nº1 en E.E.U.U. Muy recomendable.