Si quisiese aprender a jugar a fútbol me fijaría en Iniesta o Modric. Si quisiese aprender baloncesto, en LeBron James o Curry. Si quisiese aprender a comunicar en público escucharía lo que tienen que decir los 10 expertos que te traigo hoy.
El miedo a hablar en público es uno de los miedos más extendidos en nuestra sociedad. La gente quiere comunicar sus ideas pero muchos tienen miedo escénico al hacerlo.
De ahí la segunda pregunta que contestan todos los invitados. ¿Cómo evitas los nervios al hablar en público?
Pero no todo el mundo sufre esos nervios. Algunos lo que queréis son consejos de otro tipo. Tal vez alguna sugerencia sobre cómo construir el mensaje, cómo utilizar el lenguaje no verbal o cómo moverse en el escenario.
Para todos vosotros les hice la primera pregunta. ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado para hablar en público?
Para acabar, pedí a cada experto que nombrase su cita célebre favorita. Soy un fan absoluto de las frases célebres. La mayoría encierran una enorme sabiduría usando pocas palabras pero en este caso, además, es una manera genial de conocer la visión del mundo de los entrevistados.
Hay perlas de conocimiento más abajo. Ten en cuenta que estos expertos se han enfrentado centenares de veces a la experiencia de hablar en público. Son los Iniestas y Modrics del escenario. Saben de lo que hablan. Te recomiendo leer el artículo entero pero este es un post más largo que los de costumbre. Tiene casi 5.000 palabras así que te puede llevar unos 25 minutos acabarlo. Como sé que eres una persona ocupada, a continuación verás los enlaces de cada experto por separado para facilitar la lectura.
Aprovecho para agradecer a todos los que habéis participado vuestra colaboración, amabilidad y disponibilidad en todo.
Gracias de verdad.
Puedes empezar por aquí
«Nunca hagas una presentación sin haberte preparado bien.»
«No pienses en ti, piensa en el público.»
«El éxito consiste en tener vocación de servicio.»
«Comunica a los tres cerebros con datos, historias y autenticidad.»
«Pon fecha a tu charla y anúnciala. Sólo así lograrás empezar.»
«Céntrate en la información que vas a compartir y los nervios desaparecerán.»
«Sé tú mismo. Habla desde el corazón.»
«Comunica con normalidad. No hablas en público sino que hablas con el público.»
«Cuando hables ante una audiencia cambia el vosotros por el nosotros.»
«El proceso de preparación de una charla es iterativo, no lineal.»
GONZALO ÁLVAREZ MARAÑÓN
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Consejos, trucos y recomendaciones para hablar bien en público, me han dado muchos a lo largo de los años. Ya sabes que «cada maestrillo tiene su librillo», y que no hay libro del que no se pueda aprender algo. No obstante, y ya que me pides sólo uno —el mejor—, aquí va: nunca te aparezcas ante una audiencia sin haberte preparado bien. Dicho con otras palabras: nunca improvises. Esto no significa que no seas flexible para adaptarte a los imprevistos que surjan durante tu presentación. Por supuesto, si alguien comenta algo, o se termina la pila del micrófono, o se apaga el proyector que muestra tu PowerPoint en pantalla, tendrás que improvisar una respuesta adecuada, ya sea un agradecimiento, una disculpa, o un chascarrillo si ese es tu estilo. No es ése el tipo de improvisación que este consejo buscar evitar.
Como explico en mis cursos, con demasiada frecuencia asistimos a presentaciones que el propio presentador ve y escucha por primera vez. El caso extremo es el de la persona que, confiada en su conocimiento de la materia que debe tratar, siente que es innecesario prepararse «para hablar durante media hora» sobre su especialidad. Esta actitud es la culpable de todas esas intervenciones que hemos escuchado donde el ponente divaga sin pauta ni propósito concreto hasta que el moderador le advierte de que su tiempo está a punto de agotarse. ¿Y sabes qué suele ocurrir en ese momento? Pues que el orador —al que el aviso ha sacado repentinamente de su ensimismamiento— agradece el recordatorio y, en el mejor de los casos, termina su perorata poco después. En el peor de los casos —¡y esto es muy frecuente!— continúa hablando, provoca un segundo aviso, y excede con creces el tiempo que le habían asignado. Esto es una falta de respeto a la audiencia y, en caso de haberlos, a los demás ponentes del acto.
Por mucho que conozcas el asunto del que vas a hablar, por muchas charlas y conferencias que hayas pronunciado, no improvises. Como mínimo, anota en una libreta o en una tarjeta tres o cuatro ideas que puedas tratar dentro del tiempo que te corresponde, y sigue ese pequeño guión. Lo mejor, claro está, es que dediques algunas horas a preparar el contenido de tu exposición y a pensar en la manera en que lo vas a comunicar. Entiendo que, a veces, las prisas y las presiones del día a día no nos lo facilitan, pero no debería resultarnos imposible dedicar cinco minutos a anotar unas pocas ideas y esbozar una estructura. Eso bastará para no divagar, para mostrar respeto por la audiencia y, quizá, hasta para aportar valor a la audiencia con nuestra presentación.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
Pues sí, ese truco existe, y tiene que ver con mi respuesta a la pregunta anterior. El mejor antídoto contra los nervios es la preparación. Así de simple, que no de sencillo. Pero antes de explicarlo, quiero distinguir entre los nervios y el miedo. Los nervios son la respuesta natural de tu cuerpo a una situación que te provoca tensión. Quieres convencer a tu audiencia, ganar la venta o, simplemente, causar una buena impresión a tus interlocutores. Todo tu cuerpo se pone en estado de alerta para enfocar tus recursos comunicativos —voz, mirada, expresiones faciales, postura, gestos de las manos— hacia la consecución de ese objetivo. La adrenalina que tu cuerpo produce para estimular ese estado de atención máxima provoca esa excitación que sentimos como nervios, inquietud o mariposas en el estómago. Insisto: es natural. ¿Crees que Cristiano Ronaldo o Leo Messi salen al campo de juego adormilados, o pensando en otra cosa que no sea ganar el partido? ¡Claro que no! Son los mejores jugadores del mundo y, sin embargo, salen excitados al campo porque no quieren marcar uno sino cinco goles, si es posible. No sienten miedo. Sienten los nervios de querer hacerlo bien.
El miedo, por el contrario, es una sensación bien distinta. Es ese temor provocado porque no has tenido tiempo para repasar la presentación de PowerPoint que te ha enviado tu compañero y ni siquiera has visto todas las diapositivas; porque sabes que te van a preguntar sobre el precio de tu producto y no tienes buenos argumentos para defenderlo; porque no sabes si tendrás tiempo suficiente para abarcar todo el contenido que has preparado y tiemblas ante la idea de tener que hablar apresuradamente en una ocasión tan trascendente. Creo que no es necesario abundar en los ejemplos. Todos sabemos de qué estamos hablando. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de evitar este miedo? Una buena preparación, mejor y más concienzuda cuanto más importante sea el objetivo de la presentación.
¿En qué consiste dicha preparación? Primero, en planificar tu presentación, estudiando el perfil y las necesidades de tu audiencia, definiendo el objetivo que deseas alcanzar con tu intervención, y determinando las ideas y mensajes sobre las que debes incidir. Después, seleccionando y ordenando sólo los mejores argumentos para alcanzar tu objetivo dentro del tiempo que durará tu presentación. Luego, si utilizas apoyos visuales, diseñando unas diapositivas claras y atractivas que apoyen tus mensajes. Y, por último, practicando tu exposición varias veces delante de una cámara o de un grupo de compañeros que hagan críticas constructivas.
Es muy difícil que una persona que siga estos pasos afronte con miedo una presentación. Quedarán la excitación y la inquietud naturales provocadas por el reto inminente, por supuesto. Pero que no nos preocupen: son los nervios de querer hacerlo bien.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
Me pones en un aprieto, porque más que una, tengo varias citas favoritas que he intentado que en los últimos años me inspiren para mi vida. Por no abrumar, si me lo permites, te pongo tres:
«No son las cosas las que atormentan a los hombres, sino las opiniones que los hombres se forman acerca de ellas» Epicteto
«Existe algo peor que el fracaso, no haberlo intentado» Franklin D. Roosevelt
«Todo puede arrebatársele a una persona menos una cosa: la libertad de elegir su actitud en cualquier situación» Viktor Frankl
Puedes seguir a Gonzalo en su cuenta de twitter.
TERESA BARÓ
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
No pienses en ti, piensa en el público. Establece un diálogo como si estuvieras entre amigos.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
Controlar el lenguaje corporal. Le ordeno a mi cuerpo que se ponga en posición activa y optimista. Para ello, muchas veces recorro a la música.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
«Tanto si crees que puedes hacerlo como si no, seguro que tienes razón.» – Henry Ford
Si quieres más información sobre Teresa aquí tienes su perfil Linkedin.
FRANCISCO ALCAIDE
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Piensa en la audiencia y no en ti. En una conferencia, el protagonista no es el que habla sino el que escucha. El éxito, en cualquier actividad –y también hablando en público– consiste en tener vocación de servicio y eso implica añadir valor a la vida de los demás. Hazte siempre esta pregunta: ¿Cómo puedo hacer mejor o más fácil la vida de la gente? Se trata de transmitir pocos mensajes, claros y de valor.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
La preparación es el mejor antídoto contra los nervios. La preparación actúa de “efecto placebo”: cuanto más preparado, menos nervioso estás. Y la preparación no consiste sólo en cuidar el contenido y el diseño de tu presentación, sino también en ensayar y en tener la mayor información posible sobre todos los elementos del evento: audiencia, disposición de la sala, número de asistentes, etc. para visualizarte en esa situación anticipadamente, de tal manera que el cerebro esté acomodado a la situación cuando llegue, porque el cerebro ante la incertidumbre y lo nuevo no responde bien, y entonces nos ponemos nerviosos.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
“No vivas por debajo de tus posibilidades, invierte en tu desarrollo personal y vive la vida que quieres”. Jim Rohn.
Aquí tienes el twitter de Francisco por si te apetece seguirlo.
NATALIA GÓMEZ DEL POZUELO
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Es algo que leí a Oren Klaff y que he “traducido” en una imagen para facilitarles el recuerdo a mis alumnos de oratoria:
Y el consejo es:
Comunica a los tres cerebros de tu interlocutor a través de datos, historias y autenticidad.
Nuestro cerebro tiene tres capas (reptiliana, límbica y neocortex) y cada una responde a una serie de estímulos. Los he resumido en el siguiente cuadro:
Como profesionales, solemos utilizar el pensamiento racional a la hora de comunicarnos, pero si solo usamos datos o estadísticas en nuestras presentaciones, estaremos hablándole a un tercio de nuestro interlocutor. Para comunicarnos con todo su ser necesitamos, además, ser auténticos y apasionados para su “estómago” e incluir historias para conectar y llegarle al corazón.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
No solo tengo un truco, tengo todo un método :), y no es broma. Como he experimentado conmigo misma y con los más de 5.000 alumnos a los que he acompañado a hablar con soltura y confianza, he podido crear el método AME Comunicar para decir Adiós al Miedo Escénico.
De hecho, yo no tengo trucos porque hace tiempo que no siento nervios al hablar ante los demás, lo que siento es verdadero aprecio.
A la audiencia.
Ellos han “pausado” su ajetreada vida para escucharme un rato, por lo que estoy muy agradecida. Además, ese aprecio implica también que, antes de cualquier presentación o conferencia, me lo prepare concienzudamente.
Al mensaje
Suelo hablar de comunicación, que es algo que me apasiona, por lo que disfruto de la preparación y de la exposición.
A mí misma
No intento comunicar desde la imitación a otros, por muy buenos comunicadores que sean, sino desde el respeto a mi verdadera forma de ser.
Convertir el miedo escénico en amor o placer escénico es mi especialidad.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
Una del escritor Aldous Huxley, que, de forma preciosa, complementa lo que hemos visto en el punto anterior:
“El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente, el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.”
Si quieres leer más cosas sobre Natalia puedes seguirla en su twitter.
SEBASTIÁN LORA
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Pon fecha y anúnciala a todos tus contactos. Llevo en esto varios años ya, pero decidirme a dar el paso para comenzar a dar cursos me costó muchísimo. Pero Florian Mück me dijo un día, si quieres dar cursos, elige una fecha e invita a la gente. De otra manera no lo harás nunca. Tras su consejo tardé más de seis meses en decidirme, pero al final lo hice y me cambió la vida. Todas las decisiones difíciles cuestan, y hablar en público cuando no estás acostumbrado a hacerlo puede ser una decisión difícil de tomar. Pero si haces que duela más “no hacerlo” que “sí hacerlo” (y eso se logra diciéndole a todo el mundo que lo vas a hacer), no te queda más remedio que lanzarte y probar.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
Tengo muchos, pero aquél con el cual me identifico más es precisamente lo mismo que contesto en la pregunta anterior: Haz que duela más “no hacerlo”. Los nervios no desaparecen del todo nunca, pero con la práctica te das cuenta de que, si te has preparado bien, una vez pasa el primer minuto, todo resulta más sencillo. Pero para llegar a esta conclusión tienes que atreverte y lanzarte. Muchas veces aplazamos los compromisos que nos llevan a hablar en público porque la mera idea nos incomoda. ¿Cómo puedes hacer que sea más incómodo no hablar en público? Ésa es la clave para comenzar.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
“Nada importante se ha logrado sin entusiasmo” (“Nothing great was ever achieved without enthusiasm”) – Ralph Waldo Emerson.
Sebastián también tiene un canal de Youtube así que, si quieres verlo hablar, visitarlo es la manera más sencilla de hacerlo.
ESTRELLA MONTOLÍO
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Tu mente, tu cuerpo y tu voz enfocados en crear una conexión mental con tu auditorio.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
Los nervios cumplen bien con su función de ponerte en estado de alerta y preparte metabólicamente para dar lo mejor de ti mismo. Lo importante es que no te bloqueen, sino que te activen y estimulen. ¿Cómo se consigue eso? Si te enfocas en la información que deseas compartir con tu auditorio, tus gestos y tu voz (que suelen evidenciar tu nerviosismo) fluirán sincronizadamente con tu motivación comunicativa, centrada en transmitir y conectar con quien te escucha y observa.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
Para hacer explícita la singularidad que introdujo el lenguaje en el desarrollo de la especie humana y, como consecuencia, en la evolución global de la vida en el planeta Tierra, nada como esta cita: “El lenguaje es un virus procedente del espacio exterior” – William Burroughs
Por si la quieres seguir, aquí tienes su twitter.
VICTOR GAY ZARAGOZA
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Se tú mismo, habla desde el corazón. La única manera de conectar con un ser es hablarle desde tu propio ser.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
No creo en los trucos. Si te pone nervioso hablar en público fuerzate a hacerlo hasta que deje de ponerte nervioso. Y en el proceso mientras dejar de ponerte nervioso, hacer deporte y meditar el mismo día puede ayudarte a controlar los nervios y ser más inspirador.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
«No somos lo que decimos ser sino lo que elegimos hacer» – Desconocido
Si quieres saber más sobre Víctor puedes contactarlo vía Linkedin.
IVÁN CARNICERO
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Cuando estaba en el insitituto tenía un profesor peculiar, de aquellos de los que no te puedes olvidar. Una de las frases que nos decía habitualmente era «Ocúpate y no te preocupes». Aunque no es un consejo específico sobre hablar en público, se ha convertido para mí en una filosofía de trabajo. Y sí, es totalmente aplicable al contexto de la presentación. Si estamos demasiado pendientes del cómo voy a hacerlo y qué van a pensar nos vamos de foco y nos se nos olvida lo esencial: comunícate. Por eso me gusta sustituir «hablar en público» por «hablar con el público», no se trata de exponerse a un juicio ante una audiencia, sino de compartir algo con tu audiencia. Ocúpate de ella, en vez de preocuparte por ella.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
La respuesta que todos los estudiantes esperan. Lo cierto es que no creo en los trucos. Pero sí que hay pautas que me aplico. La primera es asumir que esos nervios son naturales. Entender cómo surgen y los efectos físicos que tienen me ayudan a darles normalidad. Si te asustas o te tomas la situación como extraordinaria aún te pones más nervioso. Y por otro lado, es importante racionalizar el miedo escénico: ¿qué es lo peor que te puede pasar si sale todo fatal? Cuando plasmas sobre papel, te das cuenta de que tus estado de nervios se basa en un escenario poco probable y no tan dramático.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
No soy muy de citas. De hecho veo que se utilizan como recurso en los powerpoints y a mí no me acaban de convencer. Aunque, me gusta la frase de Lincoln «Si dispusiera de ocho horas para cortar un árbol, emplearía seis en afilar el hacha». Es una buena analogía que nos recuerda lo importante que es la estrategia y la preparación para emprender cualquier tarea, especialmente una presentación, con éxito.
Puedes ver el perfil Linkedin de Iván aquí.
CARLES CAÑO
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
Cuando hables en público, cambia el «vosotros» por el «nosotros». Me lo dijo Moisès Gómez, un profesor de informática después de asistir a una de mis charlas. La verdad es que me lo dijo justo al terminar mi presentación, cuando aún notaba la adrenalina en el cuerpo. En ese momento no me sentó del todo bien pero al día siguiente me di cuenta de lo potente que era el consejo. «Vosotros» crea distancia, «nosotros» es integrador. Hay situaciones en que no tenemos más remedio que dirigirnos a la audiencia como «vosotros» pero en la medida de lo posible es mejor que el ponente se integre con ella con un «nosotros».
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
Contar respiraciones de forma cíclica e incremental: respiración (uno), respiración (uno), respiración (dos), respiración (uno), respiración (dos), respiración (tres), respiración (uno)… Pongo la mano en el abdomen mientras respiro tranquilamente. En cada respiración me imagino el número en el que estoy con una forma y color concretos: un uno de la cara de un dado, un dos de un reloj analógico, un tres de una camiseta de fútbol… La idea es intentar no repetir formas de números. Si viene algún pensamiento, hay que dejarlo pasar como si fuera un perro que cruza la calle. Estás tan concentrado en la respiración mientras imaginas cada número de una forma distinta que suele funcionar muy bien. Cuando estudiaba en la universidad me vino bien para evitar alguna crisis de ansiedad en época de exámenes.
Recientemente leí el libro «El poder de la presencia de Amy Cuddy» que amplía la idea expuesta en la charla TED «El lenguaje corporal moldea nuestra identidad«. Tanto la charla como el libro son muy recomendables. De ahí saqué el truco de utilizar una postura expansiva durante un par de minutos antes de afrontar una situación importante (mi postura expansiva favorita es la de Wonder Woman).
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
«La cura contra el aburrimiento es la curiosidad. La curiosidad no tiene cura», Dorothy Parker
En su twitter puedes ver lo que piensa sobre la comunicación.
CESAR GÓMEZ-MORA
¿Cuál es el mejor consejo para hablar en público que te han dado jamás?
«El proceso de preparación de una charla es iterativo, no lineal».
Recuerdo un programa de la tele en el que grandes magos revelaban sus trucos. El programa empezaba con el mago (siempre enmascarado para evitar la terrible venganza de sus compañeros de oficio por traicionarles) que nos enseñaba un truco impresionante: levitar, liberarse de unas cadenas dentro de un tanque de agua o sobrevivir el corte de una enorme sierra circular.
Una vez visto el efecto, nuestro protagonista enmascarado procedía a enseñarnos el truco una vez más, esta vez revelando el secreto. ¿Y sabéis que? Siempre me sentía decepcionado. Cables ocultos, candados trucados, piernas mecánicas… Una vez visto el secreto, la magia parecía sencilla.
Con esto de hablar en público pasa exactamente lo mismo. El truco en este caso es el proceso de preparación de la charla: no funciona como creemos inicialmente y cuando sabemos como funciona, parece demasiado fácil ¿Cómo creía yo que funcionaba? De manera lineal. Primero pensaba en la idea central, luego en la estructura, escribía la charla, la ensayaba unas cuantas veces y… ¡alehop! al escenario.
Pero los magos de la oratoria no trabajan así. El proceso es iterativo: borrador, ensayo, revisión, borrador, ensayo, revisión… y en cada revisión vamos descubriendo qué es lo que queremos decir y cómo lo queremos decir.
¿Tienes algún truco para reducir los nervios en tus presentaciones? ¿Cuál?
Es un truco que inicialmente te pondrá más nervioso, pero funciona a medio plazo. Consiste en exponerse al mayor número de situaciones retóricas posibles. Públicos grandes y públicos pequeños, brindis entre amigos y competiciones entre desconocidos, cinco minutos de charla y dos horas de charla… cuantas más situaciones diferentes, más nerviosos nos pondremos al principio, pero más confianza en nuestras habilidades tendremos a largo plazo.
Una de las situaciones retóricas que más me cuestan, por ejemplo, es hablar delante de una cámara sin público. Otra situación interesante es un brindis en una boda. Cada situación nueva nos enseña cómo somos y cómo nos comportamos. Nos ayuda a conocernos a nosotros mismos mejor y a tener menos nervios en la siguiente ocasión.
Todo el mundo tiene una cita célebre favorita. ¿Cuál es la tuya?
“Si hubiera tenido más tiempo, habría escrito una carta más corta” – Blaise Pascal
Puedes ver el perfil profesional de César en Linkedin.
Hablar en público y tu futuro
En un estudio reciente de la Organización Nacional de Universidades y Empresarios Americana, hablar en público era la tercera habilidad más demandada por los empleadores.
En otro estudio hecho por la prestigiosa agencia Bloomberg, las habilidades comunicativas se sitúan en el cuadrante más importante: lo menos común y lo más deseado.
Si eres Iniesta o Lebron James, enhorabuena y gracias por pasarte por aquí. Si no, la mejor manera de invertir en tu futuro profesional es aprender a hablar en público.
¿Cuándo empiezas?
Muchas gracias por la oportunidad, Nacho. Gran compendio.
A ti por participar crack.
Por cierto, un gran consejo para todos esos oradores/formadores que están empezando y no se atreven a dar el paso. 😉