«Deporte es igual a guerra menos tiroteo.» – George Orwell

Si has practicado algún deporte de competición durante el tiempo suficiente sabrás que Orwell tenía razón.

Podría haber dicho que el deporte es muy duro, que hay que esforzarse, que los rivales lo dan todo por la victoria. Podría haber dicho mil cosas pero no las dijo. En su lugar acudió a las figuras literarias y escogió la metáfora.

 
 

Qué es una metáfora

Según el diccionario, el significado de metáfora es:

Traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita.

 

Desde pequeño me sorprendieron las definiciones del diccionario. Pensé que de adulto dejarían de hacerlo pero me equivocaba.

 

Mi intento para aclararlo:Expresar una idea o elemento usando otro distinto con el que tiene algo en común.

 
 

Por qué usar metáforas

Las metáforas son para tu discurso lo que el microondas para la comida. La manera más rápida y efectiva de ponerlo todo a punto.

 
Realizan dos funciones:

La primera la definió muy bien Orson Scott Card: “Las metáforas contienen la mayor verdad en el menor espacio.”

Y es que al hablar metafóricamente conseguimos reducir una enseñanza, una idea o unas características a unas pocas palabras.

 
La segunda es que ayudan a que la audiencia acepte una nueva idea relacionándola con otra que ya conoce.

Si alguien te viene a hablar del TAE y te dice simplemente que es la mejor manera de comparar diversos tipos de interés u operaciones financieras tal vez te quedes frío.

En cambio, si usa un lenguaje metafórico, puede que te lo ponga más fácil. Un ejemplo:

«No puedes sumar peras y manzanas como tampoco puedes sumar distintos tipos de interés ni distintos plazos. Usar el TAE es convertir todo en manzanas para que te sea más fácil sumar, restar o comparar.»

 
 

Tipos de metáforas

En función de sus características gramaticales las metáforas pueden ser de varios tipos: absoluta, preposicional, sumergida, etc. Está clasificación no me convence del todo. Tengo la sensación de que se pierde en los detalles.

Es como clasificar los coches por el número de emisoras que pueden almacenar sus radios.
 

La distinción que hago yo no es tanto gramatical como de construcción. De este modo puedes diferenciar entre  metáforas simples y metáforas complejas.

Las primeras son metáforas cortas. A menudo son esas figuras retóricas que usas casi sin darte cuenta.

Las usas cuando, tonteando con aquel chico, dices: “Ay, ¡eres un burro!”, cuando el locutor de radio te informa de que “el tráfico es muy denso, las arterias de entrada a la ciudad están colapsadas”, o cuando, después de abrir el paquete de ebay, exclamas: “¡Me han engañado como a un chino!”

En todas expresas un concepto usando otro. El animal burro para expresar la grosería o la ignorancia de una persona, las arterias como ejemplificación de las vías de entrada a un lugar o la palabra chino para hablar de un engaño grande.

 

Si quieres más ejemplos puedes encontrarlos a tu alrededor. Sólo tienes que prestar atención a esa canción del hilo musical o a ese libro que te estás leyendo por las noches. Las metáforas te rodean.

Los aficionados a la poesía saben que existen cientos de poemas con metáforas. De hecho no sé si existe alguno que no las incluya.

 

Aquí te dejo 25 ejemplos de metáforas cortas del desconocido pero fantástico compositor zaragozano Sharif Fernández. Un escritor al que admiro.

 

 

  1. Tan valiente y tan cobarde mi canción que siempre llega tarde para pedirte perdón.
  2.  

  3. Te vengo a devolver todo lo que hiciste por este corazón gris que viste. Te quiero regalar un verso triste.
  4.  

  5. Todo lo que tengo es un papel y el eco de tus besos resonando en mi piel.
  6.  

  7. Todo nace y se marchita. El amor muere y resucita.
  8.  

  9. Siempre nos quedará una luna muda y el tibio escalofrío de los versos de Neruda.
  10.  

  11. Ante tus labios de carmín deja que brinde por el amor y su motín cuando el dolor al fin se rinde.
  12.  

  13. Aún tiritan las estrellas en el cielo, no sé si de frío o de miedo.
  14.  

  15. Cuando se desnuda el alba y el filo de la noche se tiñe de color malva.
  16.  

  17. Soy un emigrante a lomos de un lapicero. Soy el verso de un don nadie. Carne y hueso con el corazón al aire.
  18.  

  19. No saben de mí ni de mi misa ni de la tristeza que se esconde en mi sonrisa.
  20.  

  21. Hablando de la vida, su herida y de las piedras del camino y de la suerte de vencer a la muerte y al destino.
  22.  

  23. Te regalo una amistad siempre risueña, la verdad sin vanidad ni contraseña. Solo sé que el alma nunca se empeña.
  24.  

  25. La luz es un tesoro para estos ojos de zafiro.
  26.  

  27. Tengo velas y viento y un bolígrafo hambriento.
  28.  

  29. Lejos del miedo donde no llegan las horas hasta ver morir la noche entre los dedos de la aurora.
  30.  

  31. Se llevó el sol y me dejó solo las nubes, ya nunca deja de llover por estas latitudes.
  32.  

  33. Desde entonces la felicidad a plazos. Abrazos rotos, fotos en pedazos.
  34.  

  35. Y así regresé a buscar un acorde en cada rincón. A vivir al borde de una canción. A olvidarme de la luna, de su vientre, de lo poco que dura un para siempre
  36.  

  37. Mujer coqueta, no había sitio en esos labios para los besos mercenarios de un poeta.
  38.  

  39. Todo irá bien mientras la sangre fluya, el sol caliente y el tiempo no se escabulla. Tengo a mi mente de patrulla y mientras quede folio el odio no se saldrá con la suya.
  40.  

  41. El olvido cura pero el recuerdo aún escuece.
  42.  

  43. Busco una frase, una cura, un presagio. Una cintura que me salve del naufragio. Una canción como una herida que pase inadvertida y que saque al corazón de su guarida.
  44.  

  45. Ya no pienso en ti cada minuto. Ahora solo escribo mi dolor y lo disfruto.
  46.  

  47. Tu palabra fue mi escuela, mi centinela, el viento de mi vela.
  48.  

  49. Yo soy la fruta del manzano. Tú la artesana de la noche y de la calma. Horma del alma de mis hermanos. Tu eres la alfarera yo tan solo barro entre tus manos.

 

Aunque bonitas, este tipo de metáforas no siempre tienen cabida en una presentación. Uno de tus objetivos principales es que te entiendan y abusar de esta clase de lenguaje podría ir en contra de ese objetivo.

 

 

Así que volvamos a la clasificación con la que había empezado. El segundo grupo lo forman las metáforas complejas.

Este concepto de metáfora se usa para expresar ideas más completas. Un buen ejemplo de metáfora compleja sería un cuento para niños o una metáfora bíblica.

Puedes pensar en los tres cerditos o la parábola del hijo pródigo.

Ambas son historias que ayudan a entender una enseñanza determinada.  A esa enseñanza se le suele llamar moraleja.

Recuperando al autor de la cita que abre este artículo, podríamos hablar de su obra “Rebelión en la granja” como una metáfora compleja y extensa. Una metáfora en forma de libro en el que Orwell intenta exponer la realidad del comunismo mediante la relación y jerarquía de los animales de una granja.

 

Un pequeño anexo dentro de esta sencilla clasificación serían las metáforas visuales que, aunque menos frecuentes, pueden ser muy útiles e impactantes. Sobre todo si estás acostumbrado a usar diapositivas tipo Power point en tus presentaciones. Puedes encontrar grandes ejemplos de esas metáforas en la cuenta de twitter @abstractsunday de Cristoph Neimann.

Aquí tienes un ejemplo.

 

metáfora-visual

 

 

Ejemplo de metáfora para un discurso

Imagina que trabajas en el ministerio de salud y te piden que hagas una charla cuyo objetivo es aumentar el número de chequeos médicos anuales para prevenir y reducir los infartos.

Puede que el concepto “chequeo médico anual” no esté muy interiorizado en tu audiencia. Al fin y al cabo, la mayoría no vamos al médico cuando todo está en su sitio sino cuando algo va mal. Una idea podría ser usar una metáfora que relacione los chequeos con algo que la audiencia conoce bien.

 

“¿Cuántos de aquí habéis venido en coche? Veo que la mayoría. Por eso debe de haber tantos asientos vacíos. Mucha gente debe estar atrapada en las rondas. Como propietarios sabéis que al coche hay que hacerle revisiones. Le hacemos una al año o cada 15.000 km para asegurarnos de que funciona correctamente. De este modo prevenimos accidentes o averías serias.

Nuestro cuerpo es como un coche. Cada día hace kilómetros y cada día está un poco más gastado. Por eso deberíamos hacerle unas revisiones anuales; para asegurarnos de prevenir accidentes o daños irreparables. Si solo vamos al mecánico del cuerpo cuando algo va mal y está roto, puede que sea demasiado tarde para arreglarlo.”

 
 

Los parientes de las metáforas: símiles y analogías

Si nos ponemos rigurosos con las definiciones se podría argumentar que algunas de las metáforas que he usado como ejemplo en párrafos anteriores no son tales.

Eso es porque encajarían mejor en las definiciones de alguno de sus familiares: los símiles y las analogías.

 

Los símiles

Los símiles son comparaciones entre dos elementos que tienen algo en común. La diferencia con la metáfora es que mientras ésta no usa ningún nexo de unión, los símiles usan el “como”.

 

Si yo dijese que me pierdo en sus ojos de rubí estaría poniendo un ejemplo de metáfora.

Si en cambio dijese que sus ojos verdes son como rubíes estaría usando un símil.

 

Diferencia gramatical pero resultado final muy parecido.

 

Las analogías

Las analogías son parientes muy cercanos de las metáforas. En ellas comparas dos términos que, aunque distintos, tienen algo en común.

 

Un ejemplo sería:

Fumar es para tu cuerpo lo que una colisión para tu vehículo. No lo destruye pero lo daña gravemente.

 

Puede que las analogías, los símiles y las metáforas sean figuras retóricas distintas pero, a pesar de sus diferencias, todas tienen un objetivo común y usan herramientas similares para conseguirlo.

Su misión es usar algo familiar para presentar algo nuevo. Son el puente que une lo conocido con lo desconocido.

 
 

Metáforas de la vida cotidiana

Si el objetivo es usar algo conocido para presentar una idea y que se acepte o se entienda con más facilidad, cuánto más conocido y más familiar sea lo que usas mejor.

Así que cuando prepares tus metáforas hazlo con elementos que tu audiencia conozca bien.

¿Cómo sabrás eso? Analizando a tu audiencia.

Podría parecer arriesgado usar Linux como elemento principal de la metáfora pero no lo sería tanto si tu audiencia está formada por ingenieros informáticos.

De todos modos, hay elementos que suelen funcionar bien pues le resultan familiares a casi todo el mundo. Aquí te dejo 10 ideas:

 

  • Alimentos
  • Transporte
  • Meteorología
  • Televisión
  • Limpieza
  • Ropa
  • Fútbol
  • Ordenadores
  • Niños
  • Casa

 

Tus presentaciones son las carreteras que usan tus ideas para llegar a todos los lugares posibles. Incluye metáforas en ellas y lograrás que esas carreteras se conviertan en autopistas.

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